El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Personajes sentados con rasgos olmecoides | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Personajes sentados con rasgos olmecoides

Cultura Tlatilco
Estilo Tlatilco D3 (373)
Región Valle de México
Período Preclásico, Zacatenco Medio
Período 9 Preclásico, Zacatenco Medio
Año 1000-800 a.C.
Técnica

Barro modelado, engobe, incisiones y punzonado.

Piezas por lote 2
Medidas 17   x 17.7  x 10.5  cm
Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 374

Durante el devenir de las sociedades del preclásico en la Cuenca de México se desarrollaron distintos patrones estéticos que quedaron reflejados en la cultura material. La variedad existente entre las representaciones de personajes en distintas regiones de la cuenca y en diferentes momentos históricos, han llevado a los investigadores a identificar estilos característicos.

La presencia de los rasgos olmecoides es uno de ellos, más adelante en el tiempo se observan elementos que recuerdan profundamente a la estética del bajío.

Las piezas que aquí se muestran presentan elementos de las fases de presencia olmeca en la región, sin embargo, una de ellas, la segunda, muestra también algunos rasgos considerados como transicionales entre fases y estilos.

La primera pieza muestra rasgos muy definidos que lo ubican en la temporalidad de la Fase Manantial, dentro del Tipo D3, y forma parte de los pocos tipos de figurillas huecas que se presentan en esta época. Representa un personaje sentado con las piernas extendidas y bien separadas, así como con los brazos extendidos a los lados. Las extremidades se observan proporcionalmente más cortas que el tronco y las manos y pies son señalados mediante un ligero modelado en los extremos.

El hueco que forma el ombligo, así como las perforaciones que se encuentran debajo de los brazos y en la parte posterior de la cabeza, forman parte de la técnica de manufactura de este estilo, cuya finalidad es que salga el aire caliente durante la cocción de la pieza.

Es interesante observar que, aunque el personaje no cuenta con atavíos evidentes más que con un tocado en forma de gorro o casco que cubre la cabeza, la cual además muestra una clara deformación craneana, aún conserva la pintura que cubrió la pieza, destacando el color rojo en pies, manos, boca y ombligo, así como el negro en el gorro, además del engobe amarillo u ocre del resto del cuerpo.

 La segunda figurilla, guarda algunas similitudes con la pieza anterior dentro del Tipo D3, aunque debido a las características de manos, pies y cabeza no es posible identificarla plenamente. Representa a un individuo sedente con las piernas abiertas extendidas y con los brazos igualmente extendidos hacia los lados. Una peculiaridad de este ejemplar es que presenta bien definidas manos y pies en donde se puede apreciar claramente la forma de los dedos.

Los rasgos de su rostro resultan llamativos debido al grosor de sus labios, que se observan gruesos y rectangulares, que bordean una boca abierta, quizás mostrando los dientes, la nariz chata y triangular fue agregada por aplicación al pastillaje y las pupilas fueron indicadas por punzonado al interior de unos ojos incisos, similares a los D3. A diferencia de muchos tipos de figurillas del preclásico mesoamericano, este individuo no presenta una deformación craneana evidente, y por atavío lleva un tocado en forma de gorro y orejeras circulares.

De tal modo, se nos presentan aquí piezas que mantienen similitudes, como el estilo de los ojos y quizás el mismo tipo tocado. En ninguna de ellas se observan órganos sexuales y mantienen la misma posición que recuerda a las características figuras olmecas del tipo “baby face” o “cara de niño”. En todo caso, ambas dan cuenta de la permanencia de un estilo de representación humana, a lo largo del Preclásico Medio que permeó en la Cuenca de México y que fue compartida en distintas regiones al alcance del estilo olmeca.

Durante el devenir de las sociedades del preclásico en la Cuenca de México se desarrollaron distintos patrones estéticos que quedaron reflejados en la cultura material. La variedad existente entre las representaciones de personajes en distintas regiones de la cuenca y en diferentes momentos históricos, han llevado a los investigadores a identificar estilos característicos.

Obras de la sala

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