Por el estilo, la pieza podría proceder de algún sitio ubicado en el área norte de Yucatán, pues sigue el modelo y la técnica de los vasos Chocholá, procedentes del área de Oxkintok, en la región Puuc. En el año 1989, se recuperó de un enterramiento localizado en la ciudad de Oxkintok un vaso realizado con la misma técnica de rebaje, incisión y aplicaciones de estuco.
El vaso es cilíndrico con la base y borde ligeramente revertidos. En él se representaron dos situaciones distintas de un mismo dignatario. Ambos están sentados y dispuestos uno opuesto al otro, separados por unos diseños de gruesas lineales negras verticales. El artista rebajó las paredes del vaso con el fin de realzar las figuras y dejarlas en relieve. Luego, mediante incisiones, matizó los distintos detalles del cuerpo y del atavío y adornos del personaje. Una técnica semejante a la aplicada en los vasos de estilo Chocholá, de la región de Oxkintok, en Yucatán.
En un momento dado, tal vez en el momento de la muerte del propietario, el vaso fue redecorado con estuco y las bandas que separan las figuras, así como los rebordes inferiores y superiores del exterior y los bordes superiores del interior del vaso fueron cubiertos por una fina capa de estuco azul. Con este pequeño cambio, el artista conseguía resaltar más aún los retratos del personaje representado.
En ambas escenas el dignatario se presenta con los mismos adornos, como son las muñequeras de placas, seguramente realizadas en jade, las orejeras con tapón, el faldellín de jaguar, además del cojín que les servía de respaldo.
En una de las escenas el personaje está sentado a la manera oriental con el rostro y cuerpo de perfil. El cabello se reconoce por debajo del tocado que está formado por un atado de plumas que cuelga por delante. Sobre este tocado se asienta un sombrero pequeño de ala, bastante habitual en las representaciones del Clásico tardío en el norte de Yucatán. También porta en el pecho un collar de cuentas gruesas que se prolonga desde la nuca hasta la mitad de la espalda. El dignatario centra su mirada en una gran voluta de fuego que parece contener o proteger con sus manos. Detrás de él se distingue lo que podría ser un bulto sagrado, elemento habitual en las representaciones de los dignatarios clásicos. El fuego y el bulto semánticamente sitúan el acontecimiento dentro de un ambiente ritual y relacionado con lo sagrado.
La imagen opuesta del vaso representa al mismo dignatario sentado a la manera oriental, con el cuerpo de frente y con el rostro de perfil. En este caso el señor se representa en un ambiente palaciego, distinguido por algunos elementos habituales en escenas cortesanas, como es el espejo que se apoya sobre un cojín, o el manojo de flores que parece sujeta en sus manos mientras que inhala su aroma. En este caso el señor se despoja del sombreo y cubre su cabeza con un elaborado tocado de plumería. El pecho lo adorna con un colgante formado por dos grandes bolas de las que cuelgan pequeñas placas, seguramente realizado en jade.
Por el estilo, la pieza podría proceder de algún sitio ubicado en el área norte de Yucatán, pues sigue el modelo y la técnica de los vasos Chocholá, procedentes del área de Oxkintok, en la región Puuc. En el año 1989, se recuperó de un enterramiento localizado en la ciudad de Oxkintok un vaso realizado con la misma técnica de rebaje, incisión y aplicaciones de estuco.