Se utiliza el término tradición Mezcala para agrupar piezas de lapidaria mortuoria de la cuenca media del Balsas. Se ha reportado la recuperación de piezas de ese tipo en la propia cuenta del río Mezcala, pero no son exclusivas de ese afluente.
Se trata de una tradición lapidaria que produce figuras antropomorfas, además de algunas imágenes de fauna y arquitectura, utilizando piedras de distintos colores y pequeño tamaño propias de la región. Las figuras humanas suelen ser representaciones de hombres parados con los brazos a los lados y los antebrazos frecuentemente plegados sobre el tronco.
En el corpus de la tradición Mezcala predomina una fuerte abstracción que resuelve las formas del cuerpo humano con esquemas en los que predomina la línea recta. Esporádicamente, sin embargo, se detectan piezas que comparten algunas de estas características pero se alejan en otras.
Esta pieza está incompleta, pero lo que podemos ver es suficiente para percibir de qué modo el rostro se aleja de la talla esquemática y es trabajado con un detalle naturalista que no es común en la tradición Mezcala. El trabajo de los labios y los dientes recuerda la expresión de rostros olmecoides, pero es semejante también a diseños de rostros oaxaqueños del período Clásico.
Es muy poco probable que haya una secuencia “evolutiva” de la lapidaria Mezcala que la lleve del naturalismo a la abstracción o viceversa. Más bien parece que subsistieron algunas manifestaciones locales que interpretaron el estilo a su manera.
Se utiliza el término tradición Mezcala para agrupar piezas de lapidaria mortuoria de la cuenca media del Balsas. Se ha reportado la recuperación de piezas de ese tipo en la propia cuenta del río Mezcala, pero no son exclusivas de ese afluente.