Colecciones
Juan Fernando Herrán. Ni héroes ni mártires
¿Cómo darle un significado a lo que falta? ¿Cómo dar un espacio a la ausencia, a los silencios? ¿Cómo evidenciar los vacíos dejados por historias no contadas, en medio de la histeria de un mundo ya tan saturado que amenaza con sucumbir en cualquier momento? Juan Fernando Herrán ha hecho de la observación de estos vacíos de la Historia y de los mecanismos de su silenciamiento, el corazón de su práctica, su materia prima. Desde hace treinta años, levanta las huellas de actores invisibles, recorre los márgenes del territorio de los hombres y de los discursos oficiales.
Transpuestos en el espacio de exposición, estos relatos silentes se animan tomando la forma de instalaciones, videos, fotografías y esculturas. Su materialidad orgánica, su factura manual y cuidadosa, y a veces su formato monumental refuerzan la dimensión performativa de la obra. Esta corporeidad atraviesa, según distintas modalidades, todo el trabajo del artista, cargándolo de un potencial sensible.
Lo político o lo religioso captan a menudo esta intensidad de lo sensible -esta emoción provocada por una imagen o una experiencia fuerte- para instrumentalizarla al provecho de una narrativa dominante. A contrapié de esta postura, el artista abre al espectador, a través de la experiencia, un espacio para pensar. Sin cinismo, revela las fallas de los que abusan de nuestra necesidad de creer, de nuestro deseo por lo sagrado: los héroes abandonan sus prometedores destinos (Héroes Mil), la corrupción reina impunemente en su traje de luces (Cajas Fucsia), el paraíso no es más que una publicidad para el sacrificio (Heaven…).
Su obra hace eco a las palabras del psicoanalista francés Roland Gori, para quien es una prioridad tanto política como antropológica reinventar el humanismo a través del arte y de la cultura, “nutrir el deseo de espiritualidad sin caer en lo religioso, movilizar la piedad del pensamiento, sin devoción, [...] tener fe, según el sentido etimológico de ‘confiar’ en el poder de la palabra y de la mente, para extraer de los eventos fugitivos, contingentes y transitorios del mundo, la eterna figura de una humanidad”.
Albertine de Galbert | Curadora
Elena Lespes Muñoz | Curadora
Ananay Arango | Curadora
Juan Fernando Herrán | Artista