Colecciones

Yvonne Domenge. Cosmogonía II

Para Yvonne Domenge la escultura es una prolongación de lo femenino. Sus piezas utilizan la sensualidad de los brillos, el sedoso pulimento del metal o los espacios vacíos, oquedades, sexo secreto que se esconde en sus evidencias. Concierto de sugerencias, de la obra escultórica de Domenge habla, pero lo hace con la voz nítida de un lenguaje que traduce la feminidad.

Resulta curiosa la discusión, que ahora parece nueva, en torno a que si las obras de arte admiten el género. En el caso de Yvonne la certeza es absoluta, porque sus esculturas admiten los matices de la belleza que lejos de darse en términos de lo “bonito”, hablan de un proceso, suite lírica, ola que crece y alcanza sus poderes en el instante en que se nos revela. Domenge elabora el “transcurso”, esa condición temporal donde el espectador forma parte indispensable de diálogo. La pieza está colocada en algún lugar, resplandece, pero lo más importante es que lograremos hacerla nuestra a través de la mirada que se cuela por esas superficies curvas y esos volúmenes que nunca terminamos de observar porque parece prolongarse de manera infinita. Porque en la obra de Domenge el asombro es femenino, cualidad y propuesa, intermitencia que nos permite ser parte de una sorpresa que nunca termina de cerrarse, pues es visión abierta y seducción que nos atrapa en su juego de des esplendores.

Yvonne Domenge l Artista