Colecciones
La agonía de un oficio: Alfareros de La Luz
Los alfareros tienen en su cuerpo el mejor instrumento para realizar su trabajo. Sus ojos observan que esté bien aquello que, poco a poco, será una pieza. Sus pies descalzos sienten la humedad del barro al pisarlo, la aspereza de la madera del torno y el movimiento del mismo. Sus manos moldean el barro con firmeza, pero con suavidad.
En cada pieza, a pesar de borrar las huellas de sus dedos con los instrumentos de cuero o acero, dejan huellas de su experiencia, imaginación y amor por su oficio.
Si bien las dificultades los obligan, en ocasiones, a buscar otros empleos, la mayoría regresa a elaborar estas piezas artesanales porque se sienten más a gusto; porque se identifican con su grupo y su barrio; porque, sencillamente, es lo mejor que saben hacer.
Esa loza de La Luz vive entre nosotros. La labor de estos artesanos es parte de nuestra cultura, pero para algunos, pasa inadvertida; quizá por ser un objeto de uso cotidiano, quizá porque no le dan su verdadero valor, quizá porque desconocen esta tradición.
Tradición que amasada con barro, sol, fuego, agua y hombre, agoniza, pero que aún podemos admirar.
A. Xochitl Olvera Rosas y Eva Suárez Aldrete l Investigadoras