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Vicente Rojo. Retrospectiva 1964-1992
Lentamente, el artista ha creado una personalísima poética crecientemente insinuante, un lenguaje de alusiones, un universo dialéctico que participa por entero de las múltiples naturalezas de su autor.
Eso es lo fascinante de la obra de Rojo; con ella ha realizado el más rotundo, honesto y rico de los autorretratos. Obra multisignificante si las hay, podemos leerla en esta breve exposición retrospectiva como una secuencia cinematográfica, a la que sólo la visión de conjunto le ortorga su sentido cabal.
Con una de sus primeras series, hace casi treinta años, Vicente Rojo definió premonitoriamente la que habría de ser una de sus constantes: “La destrucción de un orden”. La obra de Rojo sigue implacablemente las leyes de la vida y las de las eras geológicas: las especies que tan consolidadas nos parecen, son sólo puentes hacia otras nuevas, las montañas que se creerían eternas son puestas de cabeza por las fuerzas brutales de su propio interior, el orden se transmuta en otros órdenes, el cataclismo es parte de la supervivencia.
Por eso es tan importante el poder acabar aquí, en un vistazo, un resumen de este hombre en el que la paz y la intensidad, la austeridad y el humor, la disciplina y la libertad, conviven con una tensa perfección que se transmite a su obra. Ahora sí podemos escuchar de corrido este concierto todavía inacabado en el que se pasa con naturalidad del solo al tutti y del adagio al presto, del murmullo al rugido y del cerebro al alma.
Vicente Rojo l Artista