Colección Fundación Amparo, Museo Amparo, Puebla, México
Esta serie de esculturas de bronce representa unas flores de algodón. El cultivo de esta planta fue una de las actividades agrícolas que la comunidad china desempeñó bajo condiciones laborales inhumanas y precarias a su llegada a México a finales del siglo XIX. En Mexicali, por ejemplo, la empresa Colorado Riverland Co. destinó sus tierras al cultivo de algodón para cubrir la gran demanda que había en Estados Unidos, instaurando unas jornadas de trabajo donde imperaba el maltrato y que ocasionaron el fallecimiento de muchos jornaleros chinos.
En las esculturas, la artista traslada la idea de material orgánico, frágil y caduco, propio de las ores, a un soporte físico estable y duradero. El aspecto de las ores de algodón remite a un estado gélido, en un intento de encapsular la fragilidad de esta planta, que deviene símbolo de ese momento histórico del país.
Colección Fundación Amparo, Museo Amparo, Puebla, México