En este video de dos canales aparece un grupo de músicos que realiza un recorrido doble: caminando por un espacio arquitectónico de concreto y en lancha a través de un manglar. La banda, fundamentalmente integrada por instrumentos de viento y metales, va produciendo sonidos que dialogan hasta confundirse con los de los diversos tipos de aves que aparecen en dicho entorno natural. Durante el recorrido mostrado, las imágenes dan cuenta de la exuberancia del paisaje y la potencia de la naturaleza.
Esta obra es resultado de la estancia que Erick Meyenberg (Ciudad de México, 1980) realizó en Casa Wabi, edificio diseñado por el reconocido arquitecto japonés Tadao Ando y ubicado en Puerto Escondido, Oaxaca. En dicha residencia, los invitados realizan proyectos de índole comunitaria con los habitantes de la región, así como propuestas artísticas que responden a sus propios lenguajes permeados por dicho entorno.
Durante su visita, el artista conoció a los jardineros de la residencia y descubrió que a su vez formaban parte de una banda de músicos de la Costa Chica de Oaxaca. Así, decidió trabajar con ellos en este video, el cual se ocupa de lo que considera los dejos de violencia colonial en la zona, tangibles a través de la apropiación de tierras, explotación laboral y ecológica. Meyenberg les propuso interpretar una canción de origen europeo, ajena a su contexto, para ser apropiada como parte de una procesión fúnebre doble: a través del espacio arquitectónico contemporáneo y por la Laguna de Manialtepec, desecada y afectada por el desarrollo hotelero en la zona. Durante la procesión, caminando o en barcas, se entremezclan la ejecución de la pieza propuesta y la imitación de graznidos de aves: de las presentes y de las que han dejado de migrar hacia la reserva ecológica afectada. En dichos desplazamientos, los participantes sostienen una serie de barras de madera pintadas con diferentes colores, codificadas de acuerdo con los de las aves migrantes. Aquellas traducciones entre lenguajes –entre imagen y sonido o distintas formas de codificación visual– son una constante en el trabajo del artista.
De acuerdo con Meyenberg, el título de esta pieza vendría de un texto del escritor Juan Rulfo, pero fue en los diarios de Cristóbal Colón donde encontró, de manera azarosa, uno más pertinente. “Ahí aparece la frase que da título a la pieza: toda la noche se oyeron pasar pájaros. Proviene del texto Diario de a bordo. Esta frase la dice precisamente la madrugada antes de llegar a tierra y descubrir América. Ese llamado de los pájaros que, para los marineros, después de meses en altamar, sonaba como un canto de esperanza, a la vez es un canto que se vuelve un indicativo del brutal proceso de colonización en América”, explicó en una charla a propósito de su exposición Re mayor no es azul, en el Museo Amparo.
CGV- diciembre, 2020
Referencias:
http://erickmeyenberg.com/toda-la-noche-oyeron-pasar-pajaros
https://museoamparo.com/exposiciones/pieza/3592/toda-la-noche-oyeron-pasar-pajaros
https://www.youtube.com/watch?v=Zj_nL-Dwv18
https://www.youtube.com/watch?v=fjC06bNax-8
https://casawabi.org/erick-meyenberg-pc
En este video de dos canales aparece un grupo de músicos que realiza un recorrido doble: caminando por un espacio arquitectónico de concreto y en lancha a través de un manglar. La banda, fundamentalmente integrada por instrumentos de viento y metales, va produciendo sonidos que dialogan hasta confundirse con los de los diversos tipos de aves que aparecen en dicho entorno natural. Durante el recorrido mostrado, las imágenes dan cuenta de la exuberancia del paisaje y la potencia de la naturaleza.