Las figurillas de la tradición Mezcala se destacan por su impresionante nivel de abstracción, característica que las define y las distingue en el ámbito artístico. Estas piezas tienen la capacidad de representar seres humanos, animales u objetos mediante formas simplificadas y esenciales, eliminando cualquier elemento superfluo. A través de esta abstracción, las figurillas Mezcala buscan capturar la esencia y la presencia del objeto representado con la menor cantidad de detalles posibles.
Es interesante considerar que en la época prehispánica, esta cualidad distintiva pudo haberse visto realzada por el uso del jade como material principal. El jade era altamente valorado y apreciado, especialmente por las élites de las antiguas sociedades mesoamericanas. Por tanto estas piezas, por su belleza, rareza y durabilidad le daban un prestigio adicional a las personas que las poseían.
Esta pieza es una figurilla antropomorfa notable por su perfil curvo, que crea casi un medio círculo al presentar una estrechez en la parte superior de la cabeza, un ensanchamiento en la región del pecho y un adelgazamiento en la sección de los pies. Esta forma curva le confiere a la figurilla una sensación de armonía y fluidez en su diseño.
La cabeza de la figurilla presenta una forma característica, en la cual se inscribe en un pentágono. En la parte superior, se encuentran dos desgastes horizontales que marcan el comienzo de un tocado sencillo. En cada extremo de la cabeza se observa un triángulo, y la separación entre la nariz y el mentón se logra mediante un desgaste horizontal. Resulta interesante notar dos pequeños orificios en la parte superior que parecen representar los ojos, lo cual es inusual, ya que generalmente son los elementos triangulares los que conforman los ojos y la nariz.
El cuerpo de la figurilla se caracteriza por su simplicidad y economía de formas. Se emplea una línea vertical por desgaste para separar los brazos del cuerpo, y en la parte inferior se encuentra una línea que divide las piernas. Es importante destacar que debido a la forma irregular de la pieza, la pierna derecha es ligeramente más gruesa que la izquierda. Estos trazos precisos y minimalistas resaltan la abstracción característica de la tradición Mezcala, donde se busca capturar la esencia de la forma con la menor cantidad de elementos posibles.
Al examinar la figura desde el perfil, se puede observar que se hizo un esfuerzo por marcar la separación entre el brazo y la espalda mediante una línea incisa. Además, en el perfil izquierdo de la pieza, se aprecia la presencia de un orificio a la altura de la pierna, lo cual podría sugerir una intervención posterior con la intención de convertir esta figurilla en un colgante o amuleto.
Es interesante notar que la pieza presenta restos de un pigmento rojo, posiblemente óxido de hierro, lo cual podría ser indicativo de que la pieza proviene de un contexto funerario. Además, se pueden observar concreciones de cal en la superficie.
Las piezas del estilo Mezcala, aunque se originaron en la región de Guerrero, tuvieron un amplio alcance y fueron valoradas en diferentes regiones, incluyendo la prominente ciudad de Tenochtitlan. Es interesante notar que en algunas ocasiones, poblaciones de otras regiones crearon piezas similares a las de la tradición Mezcala, lo que plantea la posibilidad de que la pieza que estamos analizando haya sido elaborada en una región distinta a Guerrero.
Sin embargo, hasta el momento no se cuenta con un análisis estilístico completo que permita identificar las similitudes y diferencias entre las piezas Mezcala elaboradas en la región de Guerrero y las producidas en otras regiones.