La región de Occidente destaca por ser una de las áreas más diversas y ricas en tradiciones artísticas dentro del mundo mesoamericano. A lo largo del tiempo, estas tradiciones han perdurado y evolucionado, siendo empleadas durante siglos. Es fascinante observar cómo en este pequeño espacio geográfico coexisten una amplia variedad de estilos y formas artísticas. Desde esculturas monumentales hasta delicados objetos de cerámica, la región de Occidente es un verdadero tesoro de expresiones artísticas únicas.
Esta pieza de la colección del Museo Amparo es una cabeza de figurilla sólida originaria de la región de Autlán, Jalisco. Esta región es conocida por su producción de "figurillas con gargantilla". En particular, esta pieza se clasifica dentro del subtipo XIIIc según la tipología propuesta por Carolyn Baus Reed Czitrom.
Este tipo de figurilla se destaca por su cabeza alargada, que representa aproximadamente un tercio de la altura total de la pieza. Esta desproporción se atribuye al prominente tocado que la figura lleva. Aunque en este caso no podemos confirmar si el tocado está ocultando una deformación craneana del personaje, esta es una posibilidad basada en representaciones similares encontradas en otras regiones. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es la presencia de un tocado elaborado. El tocado está compuesto por tres tiras de barro a los lados, que se proyectan desde los costados hacia el centro. A través de otras figurillas resguardadas en la colección del Museo Amparo (12), sabemos que estas tiras de barro se conectaban a una banda vertical ubicada en el centro del tocado.
El rostro de la pieza exhibe elementos distintivos de este estilo. Los ojos y la boca son representados mediante pequeños círculos de barro, a los cuales se les añade una línea incisa horizontal en el centro, creando así una apariencia similar a granos de café. La nariz se destaca por su prominencia y forma ovoide. Además, en cada lado de la cabeza se sitúan dos formas ojivales con una perforación en el centro, aportando un detalle adicional a la composición.
La cabeza de la figurilla se unía directamente al torso, aunque lamentablemente en el caso de la pieza analizada se encuentra fracturada en esta sección, lo que dificulta determinar cómo era el resto del cuerpo. Es interesante destacar que la mayoría de estas figuras representaban a mujeres de pie, con las piernas separadas y los brazos extendidos hacia un lado y hacia abajo. Sin embargo, lo más notable y distintivo de estas figuras es el énfasis que se le da a la cabeza, la cual suele ser desproporcionadamente grande en relación con el cuerpo.
Además de la característica de la gran cabeza, es importante mencionar que estas figurillas suelen tener un cuerpo plano, como si hubieran sido moldeadas a partir de una tablilla de barro. Esta forma plana acentúa la atención en la cabeza y en los detalles faciales, lo que sugiere que el enfoque principal estaba en representar la individualidad y expresividad de cada figura. Además, se destaca la presencia de una gargantilla hecha con tiras de barro alrededor del cuello, de ahí su nombre, y la representación de los senos mediante dos esferas.
La presencia de concreciones de cal en la superficie de la pieza, incluyendo la sección fracturada, indica que la fractura ocurrió antes de que la pieza fuera abandonada o descartada.
El llamativo tocado y el elaborado atuendo de la figura nos dan indicios de que se representa a una mujer de la nobleza. A lo largo de las diferentes culturas de occidente, la representación de la nobleza femenina ha adoptado diversas formas y estilos, brindándonos una fascinante visión de las jerarquías y estructuras sociales de la época en la que se creó la pieza.
