Demanda o plato petitorio de formato circular trabajado en plancha de plata repujada. Orilla amplia de borde ondulado decorada por una clásica corona de laurel, formada por hojas con sus frutos o bayas, ceñida por sendas molduras sogueadas, la interior con cenefa dentada de hojas.
Cubren el hueco del recipiente, ligeramente cóncavo, seis hojas de acanto que forman una flor sextapétala en disposición radial en torno a un botón central liso y troncocónico que sirve de pedestal a la insignia figurada en forma de placa o medalla. Añadida sin duda con posterioridad, muestra la imagen en relieve del Sagrado Corazón de Jesús nimbada por mandorla y con la cruz sobre los hombros. Toda la ornamentación se despliega sobre fondos rayados y punteados en contraste con las superficies abrillantadas de los motivos decorativos relevados.
Resulta evidente que la pieza fue labrada en Nueva España, donde se hizo popular desde el siglo XVII este tipo de plato limosnero de formato circular enteramente cubierto con decoración radial de carácter vegetal y botón central para figura religiosa de bulto en plata fundida.[1] La falta de marcas o inscripciones hacen comprometido sin embargo, atribuirle un centro de origen; y tan sólo el análisis de sus formas decorativas y estilísticas nos permite establecer una cronología aproximada.
Desde ese punto de vista, en su vocabulario decorativo conviven el barroco con un incipiente neoclasicismo. El abigarramiento del exorno es característico del primer estilo, al igual que los bordes de contorno ondulado y la láurea que recorre la orilla, presente en platos limosneros desde finales del siglo XVII,[2] en tanto que la roseta de acantos del asiento y la corona de laurel de la orilla encajan en una obra que se mueve dentro de la transición hacia el lenguaje clásico, de ahí que le fijemos una datación en torno a los años finales del siglo XVIII. No obstante, es grande el anacronismo y el peso de la tradición popular que anida en este tipo de piezas, por lo que tampoco hay que descartar que haya sido obrada en pleno siglo XIX, período en el que continuaron realizándose en México numerosos platos petitorios por encargo de parroquias, hermandades y cofradías.[3]
[1]. Cfr. Anderson, 1941, II: láms. 71-72 y 81; Esteras Martín, 1992: pp. 153-154, nº 42, pp. 187-188, nº 48, y pp. 234-235, nº 84; AA VV, 1994: p. 72, nº 151, 152 y 156, p. 81, nº 158, p. 82, nº 154, pp. 110-111, nº 245-246.
[2]. Sirva de referencia un plato petitorio de colección particular marcado en México a finales del siglo XVII y otro ejemplar con la figura del arcángel San Miguel. Cfr. AA VV, 1997: pp. 224-225, nº 95, y pp. 268-269, nº 128.
[3]. Cfr. AA VV, 1994: pp. 110-111, nº 240-244.
Fuentes:
AA VV, La Platería Mexicana, México, INAH, 1994.
AA VV, Tesoros de México. Oro precolombino y plata virreinal, Sevilla, Fundación El Monte, 1997.
Anderson, Lawrence, El arte de la platería en México, 1519-1936, Nueva York, Oxford University Press, 1941.
Esteras Martín, Cristina, La platería del Museo Franz Mayer. Obras escogidas. Siglos XVI-XIX, México, Museo Franz Mayer, 1992.