Este par de sillas de brazos son muebles muy problemáticos. En el siglo XX se copiaron al infinito, utilizando para ello partes de muebles antiguos, telas de época y bronces de otros muebles. Sorprendentemente, los bronces están completos y en buen estado, lo que indicaría claramente que se trata de reposiciones. En cuanto a los textiles, se recurrió a la utilización de damascos, terciopelos y recortes de textiles bordados de sedas originales, lo mismo puede decirse de las flocaduras de hilos metálicos, que son de época.
El par de sillas de brazos, que no “sillones fraileros”, muestran muy poco desgaste en las partes bajas, lo que confirma que no se trata de muebles de época. Cuando se pusieron de moda los aires hispanistas en la primera mitad del siglo XX, se recrearon espacios antiguos y se compraban en casas de anticuarios de España multitud de copias de sillas y otros muebles, lo cual imposibilita atribuir con corrección la procedencia.