Este biombo de ocho hojas fue hecho en la ciudad de Cantón en el siglo XX. En los siglos XVIII y XIX, numerosas casas y otros espacios de poder fueron decorados con multitud de piezas artísticas chinas, creándose espacios que remedaron los interiores de los palacios asiáticos. Son varios los palacios europeos que incluyeron salas de porcelana en las que biombos y mamparas de laca china recubrieron las paredes. Los ambientes domésticos no se quedaron atrás, creándose salas de menores dimensiones donde encontraron acomodo las ambientaciones asiáticas. En el siglo XIX, puede hablarse incluso de una corriente orientalista. Salones de visitas, de estar o salones fumadores, reunían biombos, tibores de porcelana, sedas, alfombras, muebles de laca, etcétera; con la finalidad de recrear espacios exóticos a la manera china, en los que la reinterpretación por parte de los occidentales, jugó un papel de relevancia.
Se trató de un fenómeno de dimensiones mayores; muchos países occidentales copiaron los espacios interiores de la corte pequinesa. Al suprimirse el comercio con las Filipinas y Cantón en 1821, llegaron a la ciudad de San Francisco, en los Estados Unidos, multitud de objetos de arte chino, destinados al consumo de los americanos. Allí, por medio de intermediarios y casas comerciales, los habitantes de las ciudades del México Independiente se surtieron de esta clase de bienes útiles de carácter suntuario, que llegaron a tener precios muy altos. Se trató de bienes de prestigio social. Con ellos se decoraron y ambientaron los espacios domésticos del México decimonónico y de principios del siglo XX. Incluso fue una moda vestir a las maneras asiáticas.
Aunque la representación palaciega que aparece en este biombo está realizada con sumo detalle y es abigarrada, el resto de las representaciones son bastante esquemáticas. En este caso, la parte de agua se ha reducido a su mínima expresión. Se observan numerosos personajes de la corte de Pekín con sus guardias. Destacan representaciones de sauces llorones, flores y aves chinas. Resulta curioso en un biombo chino que las nubes que aparecen recuerden a las esquemáticas del arte namban japonés, presentes en algunos biombos novohispanos. La laca negra predomina en el fondo de las escenas.