Los arqueólogos llaman “penates” a las pequeñas esculturas de piedra verde, como esta pieza, y las atribuyen a la cultura mixteca. Estas figurillas suelen encontrarse en casas habitación. Originalmente el término “penate” se usa en la mitología romana para designar a los dioses de los hogares.
Los penates mixtecos son figurillas antropomorfas talladas en piedra dura semipreciosa de color verde. Presentan posición sedente con los brazos cruzados y miden entre 10 y 15 centímetros de altura, aunque también hay ejemplos menores a 10 centímetros que están de pie y tienen orificios que servían posiblemente para colgar, como esta pieza. Por lo general, los penates pendientes suelen ser más pequeños y sencillos.
Por lo regular, los brazos de estas figurillas se representan cruzados sobre el pecho y las manos se posan cerca de los hombros formando una cruz de San Andrés, pero en esta pieza los brazos se cruzan a la altura del abdomen a la vez que las manos están colocadas en los codos. Asimismo, mientras que la mayoría cruza el brazo derecho arriba del izquierdo, en esta figura el brazo izquierdo va sobre el derecho.
Finalmente, esta pieza tiene los ojos abiertos, al respecto cabe mencionar que cuando los penates tienen los ojos cerrados, sin atribución de ningún dios, suelen asociarse con los ancestros muertos y que fueron elaborados para fines de culto doméstico. Los penates con ojos abiertos pueden tener atributos de dioses u otros significados, dependiendo del contexto y de la forma.
Los penates de piedra verde están preformados por percusión; se modelan por desgaste con rocas volcánicas adicionando agua y arena, después se pulen con abrasivos, agua y trozos de piel y finalmente se bruñen con trozos de piel en seco. Las líneas tanto en el rostro como en el cuerpo están elaboradas por incisión y los ojos son taladrados en ambos casos con lascas de pedernal.