Se trata de un portal incensario que reproduce al dios jaguar del inframundo o GIII, uno de los dioses principales de la ciudad de Palenque. Estos porta incensarios fueron fabricados durante un período de tiempo de unos 300 años; la mayoría de ellos han sido encontrados enterrados en los basamentos de los templos que conforman el Grupo de las Cruces en Palenque. Parten de un tubo circular y hueco al que se va añadiendo barro modelado tomando forma de cabezas de seres sobrenaturales superpuestas.
En este caso, el rostro central reproduce al dios jaguar del inframundo, el aspecto del sol nocturno, el que viaja por la noche para renacer en un nuevo día. Como se advierte en su efigie, el dios tiene orejas de jaguar, ojos desorbitados, cejas flamígeras, la nariz roma y la boca abierta con los incisivos modelados en forma de T y volutas en las comisuras inferiores del labio inferior, todos rasgos característicos del dios Sol, salvo las orejas de jaguar que son las que le confieren el aspecto nocturno. El cabello de GIII dispuesto en mechones sigue el diseño característico que presentan las efigies de K’inich Janaab’ Pakal, el rey de Palenque que vivió a lo largo del siglo VII, por lo que este porta incensario podría datarse entre los siglos VII y VIII. Debajo y encima de la cabeza de GIII se advierten cabezas de entidades sobre naturales con nariz prominente y volutas en las comisuras de los labios. Ambas presentan orejas de jaguar en alusión al dios solar nocturno.