En las representaciones mayas las mujeres ocupan un lugar prominente, en ocasiones en instrumentos musicales como maracas, pero también en silbatos y flautas globulares. Este ejemplar de pequeñas dimensiones exhibe a una mujer con el torso desnudo y una capa que le cubre la espalda. Destaca la deformación craneana y el corte de cabello escalonado, muy común entre las mujeres de élite. La embocadura del silbato se encuentra por debajo de la figura.
Gonzalo Sánchez
Mujer sentada con una marcada modelación cefálica tabular oblicua que exagera el alargamiento de su cabeza. Lleva el cabello recogido en la parte alta y posterior de la cabeza y el contorno del rostro lo lleva cortado en escalón, un diseño que gustaron llevar los nobles del siglo VIII. El alargamiento de la cabeza se exagera más aún con el adorno que lleva en la parte superior del tabique nasal y la frente. Un adorno que portaron muchos personajes de la élite de la ciudad de Palenque y muy habitual en las figurillas femeninas de este tipo. La pieza ha sufrido un importante desgaste, probablemente porque estuvo en un contexto acuático que favoreció su erosión, por eso los rasgos físicos del rostro, ojos y boca, están muy perdidos y difuminados. Aun así se aprecia un rostro sereno, con ojos almendrados y boca ligeramente entreabierta. Ajustado al cuello lleva un collar de cuentas de doble vuelta. Viste un huipil largo con amplias mangas, de donde salen los brazos que apoyan mano sobre muñeca en sus piernas cruzadas. Sus pechos han sido discretamente pero intencionalmente marcados a través del vestido, tal vez aludiendo a la maternidad de la mujer. Como otros silbatos semejantes de esta colección, la pieza cierra en la parte baja como una base trípode, siendo la parte trasera la que servía de boquilla para silbar.
OBSERVACIONES: Las perforaciones que se advierten en la parte posterior y los orificios laterales indican que la pieza fue concebida como un silbato. Como ya se ha apuntado al describir otras piezas de esta colección, en Yucatán todavía se conserva la tradición de realizar silbatos para la festividad de día de muertos, y es que ya en la época prehispánica estos silbatos acompañaban a los difuntos en su viaje a la otra vida.
Ana García Barrios