La vasija que se muestra tiene algunas cualidades que la hacen identificarla dentro de la tradición Mixteca-Puebla, no obstante, algunas de sus cualidades la hacen un ejemplar poco común. La forma bicónica es más común encontrarla en el Valle de Puebla-Tlaxcala, aunque su acabado rojo brillante de la cara posterior es muy común en la Mixteca Alta y en la región de Tehuacán y la Mixteca Baja. Como esta última región es una zona intermedia entre las anteriores, es posible que aquí se diera una fusión de las formas cholultecas con el acabado rojo brillante de la mixteca.
El personaje que se aprecia adosado a la vasija, porta un lanzadardos y un escudo, que lo identifican como un guerrero. La esbelta figura contrasta con el amplio máxtlatl, o braguero, que se nota de forma muy ostensible, recuerda un poco a la protuberancia con la que suele representarse al dios Cocijo dentro de los zapotecos. Estas cualidades, y la combinación de copa bicónica con una figura modelada con estas características, lo hacen un ejemplar poco común dentro del tipo de representaciones escultóricas de estas vasijas.
En realidad, dentro de la tradición Mixteca-Puebla hay una amplia variedad de vasijas, al punto que es muy difícil encontrar dos ejemplares iguales en el vasto corpus que conocemos de esta gran área cultural. A pesar de que es una tradición con un repertorio de formas y símbolos limitados, las expresiones locales y la creatividad de los artistas que la conforman, son también cualidades de esta tradición.
El personaje que se aprecia adosado lleva una máscara de ave, sujetada por burdos lazos que se orientan hacia la nuca. Dos grandes orejeras en forma de gancho y un pectoral nos indican que puede tratarse de un personaje de la nobleza dedicado a la milicia. Así como el personaje tiene una apariencia mate y opaca, en el lado opuesto se aprecia el engobe rojo y un brillo logrado por el bruñido de la pieza. La irregularidad de la escultura impidió darle este mismo tratamiento, por lo que no se logra una superficie tersa y lustrosa.
Es posible que este vaso bicónico haya sido de uso exclusivo de algún guerrero de alto rango para ocasiones especiales. Conocida es la costumbre entre nahuas y mixtecos, y otros pueblos mesoamericanos, beber pulque o chocolate en acuerdos diplomáticos. Es posible también, por la iconografía de esta vasija, que se usara en una misión para acordar los términos del fin de una guerra.