Cajete con tapa, con agarradera en forma de cabeza de ave que por su diseño y morfología se puede asignar al período Clásico temprano; rasgos característicos de este período son el borde evertido, hacia el exterior, el empleo de tapas cónicas con agarraderas zoomorfas o no, y el diseño de animales, seres sobrenaturales y dioses en sus paredes pintadas y modeladas. En esta pieza predominan los colores de las gamas rojo. La tapa cónica finaliza en una agarradera modelada con la cabeza de un pájaro, las alas y cola se pintaron en el cuerpo de la tapa. La cabeza es redondeada, el pico es corto y ligeramente curvo, los ojos son circulares, grandes y negros, remarcados en su parte superior e inferior por franjas negras y con adornos abultados entre ellos. La parte posterior de la cabeza está decorada con plumas realizadas mediante trazos negros en forma de U, un diseño estandarizado para reproducir plumas.
Por los rasgos físicos del ave es posible que nos encontremos ante un búho, seres muy especiales relacionados con el inframundo y que fueron ampliamente retratados en las vasijas clásicas. Las alas, que ocupan los laterales de las tapas, se diseñan con líneas ondulantes y plumas, delineadas en color negro. La parte superior del ala está rematada con un anudado que termina en elementos tubulares y circulares que se asemejan a las alas que presentan las aves sobrenaturales del Clásico temprano. Las paredes del cajete están decoradas con dos cabezas de serpientes esquemáticas y simétricas, que quedan enmarcadas por dos líneas negras. Están pintadas de la forma convencional maya, de perfil y con el morro o mandíbula torcida hacia arriba, donde se advierten los dientes. El ojo está pintado en rojo con la pupila negra y una ceja en forma de U. La tradición de reproducir serpientes esquemáticas es una compartida por diferentes culturas de Mesoamérica desde los olmecas.