Es un cajete trípode, es decir presenta tres soportes en su base. Está manufacturada en un barro café claro y presenta un engobe o cubierta de la misma gama cromática. Sobre este engobe se añadió un baño de tonalidad oscuro que en muchas partes de la superficie del cajete se ha perdido, aunque se observa que en algún momento la pintura cubrió la mayoría de esta unidad.
Sobre su superficie externa presenta como decoración bandas anchas, hechas probablemente con los dedos, pues se aprecian acanaladuras del grosor de los mismos. En su base que es plana se aprecia la colocación mediante la técnica de pastillaje de tres soportes de tipo mamiforme.
Estas vasijas por sus técnicas de manufactura, decoración y acabado de superficie corresponden a la tradición alfarera del Centro- Occidente de México en específico del asentamiento prehispánico de Chupícuaro, Guanajuato. Dicha tradición tuvo un largo desarrollo histórico, destacándose particularmente en el Preclásico Tardío (400 a.C. - 200 d.C.) etapa donde tuvo su auge y desarrollo sociocultural.
El Occidente de México comprende una gama notable de entornos geográficos y medioambientales, lo cual se expresa en una variabilidad cultural e histórica presente en sus materiales arqueológicos. Sus pobladores históricamente fueron receptores de diversas influencias y maneras de entender el mundo, provenientes tanto del centro del país como del Occidente y Norte de México, realizando fusiones culturales que pueden ser apreciadas en su materialidad. Este cruce de caminos representó un crisol donde se forjó una sociedad con características distintivas en el terreno arqueológico.
El Centro-Occidente de México en tiempo prehispánico fue un punto de encuentro entre sociedades del norte y de Mesoamérica. Toda esa riqueza geográfica dio como resultado una complejidad sociopolítica y cultural del Occidente de México.
La cerámica de la tradición Chupícuaro es común en muchos sentidos a los desarrollos sociales de otras regiones del Centro-Occidente de México. Formas hemisféricas, globulares o redondeadas donde se presenta evidencia de policromía y en muchos casos como en esta vasija, decoraciones en negro que aluden al llamado: negativo, técnica que consiste básicamente en cubrir el engobe de la obra con un pigmento o más oscuro.
La cultura Chupícuaro y la región de Guanajuato en general fue en cierto sentido un puente entre los desarrollos culturales del centro de México y el Occidente, contactos que se van a incrementar decisivamente durante el Preclásico Tardío y Clásico Temprano.