Las piezas que a continuación se describen corresponden a un corpus de cuatro figurillas de cerámica que forman parte de la notable tradición cerámica del asentamiento prehispánico de Chupícuaro, ubicado en la zona del Centro-Occidente de México.
Estas unidades presentan un conjunto de elementos comunes. Fueron elaboradas mediante la técnica de modelado, resaltándose algunos de los rasgos anatómicos, principalmente los faciales como los ojos (en forma de grano de café), nariz, la boca y las cejas, así como algunos ornamentos, tocados y orejeras circulares que se colocaron a través de la técnica de pastillaje.
Un aspecto a destacar dentro de la plástica apreciada en este conjunto de artefactos es una tendencia hacia la homogeneización de los personajes. Los individuos representados se encuentran en posición sedente, con los brazos y piernas cruzadas en una actitud visualmente solemne y formal en su presentación. Esta postura nos remite a un notable estatus y distinción social y denota, igualmente, un halo de dignidad, solemnidad y hieratismo en las cuatro personas, evidenciando esto quizás, que se trata de importantes personajes dentro de la sociedad del centro-occidente mesoamericano.
Las posturas corporales por sí mismas, han sido en la plástica mesoamericana un tema significativo para distintas sociedades. La importancia y magnificencia de los hombres y mujeres del México prehispánico se resalta a través de las representaciones del cuerpo. Un ejemplo de este aspecto fueron los grandes gobernantes del área maya que, mediante una profusa iconografía en conjunto con su postura señorial y jerárquica, demostraban su poder y magnificencia.
El lugar de origen de las piezas y de la tradición alfarera que aquí se reseña es, como ya se señaló, el asentamiento de Chupícuaro, ubicado en la región sureste del actual estado de Guanajuato. Ese sitio tiene una relevancia crucial para la historia de Mesoamérica ya que se sitúa en una región de frontera. Su establecimiento estriba en los límites geográficos septentrionales del mundo mesoamericano y el Norte del México antiguo. Asimismo, su desarrollo histórico se extiende en el tiempo en una etapa de transición cultural e histórica entre el periodo Preclásico Medio (1200-400 a.C.) y Tardío (400 a.C. - 200 d.C.).
Este grupo de figurillas con su aparente sencillez de estilo y trato de la figura humana, desarrollado mediante la técnica de modelado manual, hacen patente toda la complejidad de la corporalidad del ser humano presente en la tradición alfarera de Chupícuaro, en el bajío mexicano.