La pieza que a continuación se describe corresponde a una figurilla antropomorfa, es decir, muestra de manera naturalista a una persona. Se trata de un personaje, un hombre, erguido, es decir de pie, con los brazos extendidos hacia sus costados. Presenta una cintura delgada además de piernas anchas y robustas. Su torso está desnudo y únicamente viste un collar con un tipo de pectoral circular. Sobre su cintura porta colocado mediante la técnica de pastillaje una banda circular bajo la cual se observa un maxtlalt o taparrabo que cubre su sexo.
Sobre su cabeza resalta el uso de un tipo de gorro, a manera de yelmo (ornamento militar) que cubre su cráneo de manera completa. En los costados de su rostro, a la altura del mentón, se puede vislumbrar el uso de orejeras de tipo circulares, sobre los lóbulos de sus orejas. Todos estos elementos en su conjunto hacen pensar que se trata de un jugador de pelota.
La figurilla descrita fue elaborada con una arcilla o barro de color café amarillento o café bayo. La cerámica fue pulida a palillo y los ornamentos del personaje como el maxtlalt y orejeras fueron colocados mediante pastillaje.
La representación de su cuerpo, aunque delgado, muestra sus extremidades inferiores (piernas) manufacturadas de una manera fornida y corpulenta, lo que a decir de diversas investigaciones corresponde a una tradición cultural de elaboración de figurillas de barro propia de Tlatilco, ubicado en la Cuenca de México. Dicho asentamiento humano tuvo un prolongado periodo de ocupación a lo largo del periodo Preclásico que se dio aproximadamente entre los años 1400-900 a.C. La región de Tlatilco en términos culturales fue muy activa, pues la evidencia arqueológica nos ha mostrado una serie de contactos interregionales con diversas áreas del mundo mesoamericano, entre ellas la Costa del Golfo y algunas zonas del Occidente de México, como Chupícuaro, en el actual estado de Guanajuato.
La cuenca de México en el Preclásico fue testigo del surgimiento de diversos asentamientos humanos como Copilco, Cuicuilco, El Arbolillo, Ticomán y Zacatenco. Todos esos sitios son una muestra de los primeros desarrollos urbanos y culturales del centro de México
Para el caso específico del sitio de Tlatilco, este tuvo su época de mayor desarrollo justo en los inicios del periodo preclásico, entre los años 1400-900 a.C. Su entorno geográfico marcado por la existencia de importantes cuerpos de agua lacustre como en toda la cuenca, hizo que la agricultura y la pesca se convirtieran en actividades esenciales para su consolidación sociopolítica. La región de Tlatilco corresponde a una importante área boscosa, enclavada en el extremo occidental de la cuenca de México que posee importantes recursos de flora y fauna.
Tanto el caso o yelmo como la banda que muestra sobre su cintura son ornamentos que muy probablemente hacen referencia al juego de pelota mesoamericano. Este juego ritual tuvo una importancia central dentro de la cosmovisión mesoamericana pues fue una actividad con una fuerte carga simbólica, que hacía referencia al devenir de los astros y el ciclo agrícola. El juego de pelota simbolizaba el acontecer del cosmos, los movimientos de los cuerpos celestes que los antiguos mesoamericanos veían durante el día y la noche.
Asimismo, esas figurillas dan cuenta de los procesos de pensamiento, cosmovisión e ideología de los pueblos de la cuenca y evidencian la manera en que concebían la figura humana. El contacto con la naturaleza y el medio natural fueron parte esencial de su entendimiento y ser en el mundo, aspecto que será un rasgo común en muchas culturas del universo mesoamericano.