El artefacto que a continuación se describe es una pieza cerámica, un cuenco trípode (es decir que tiene tres soportes en su base). Se trata de una pieza de cerámica utilitaria, lo cual significa que fue pensada y creada para darle un uso cotidiano y periódico en contextos muy domésticos.
La pieza está elaborada en un tipo de arcilla de color café rojizo claro. Presenta un engobe o cobertura sobre la pasta de tono café rojizo prácticamente idéntico al color del barro. La silueta del cuenco es globular hemisférica (por su forma redonda) de paredes curvo divergentes.
En la base de la pieza se observan tres soportes. Son de estructura sólida en forma piramidal de silueta redondeada. Estos fueron colocados mediante la técnica de pastillaje, con el objetivo de brindar mayor estabilidad al momento de ubicarse sobre alguna superficie.
Los cuencos o cajetes como piezas utilitarias fueron de las formas más fabricadas y localizadas en contextos arqueológicos, por tanto, han sido muy útiles en la historia de los grupos humanos de Mesoamérica, pues permiten contener diversos alimentos y líquidos para el consumo humano al tomar la pieza con las manos, por lo cual también son útiles para colocarlos directamente sobre el fuego para calentar o preparar los alimentos.
Esta loza muy probablemente se circunscribe dentro de la tradición alfarera del centro de México denominada Azteca I. Dicho periodo de la historia nos remite a la caída de la gran ciudad tolteca de Tula con sus consecuentes reacomodos de poblaciones y las sucesivas movilizaciones de sociedades nahuas en el Altiplano Central.
El medio natural de la cuenca de México, con sus contextos lacustres, abundantes cantidades de agua y su consecuente variabilidad en fauna animal y vegetal, motivó en muchos sentidos una espacialidad y materialidad de las ideas, lo cual se expresó en el uso de materiales y colores en la elaboración de la cerámica. Perteneciente a la región centro-oriental del sistema volcánico transversal con alturas mayores a 2000 msnm, la región tuvo una especial relación con los entornos acuáticos.
Los mexicas (1325-1521 d.C.) continuarán con la creación de este tipo de piezas. Cabe señalar que esta alfarería es característica del sur de la cuenca de México y gracias a la información obtenida en diversas investigaciones, se refiere a su presencia en contextos de ofrendas, funerarios y domésticos.
Los cambios demográficos relacionados con el surgimiento del periodo Posclásico tanto Temprano como Tardío (900-1521 d.c) son una evidencia de las transformaciones de las sociedades prehispánicas del sur de la cuenca de México, propias de la última etapa histórica de la civilización mesoamericana. La región más austral de la cuenca, es el origen de esta variante de cerámica que se comienza a ocupar durante la también conocida fase Azteca Temprano (900-1325 d. C.).