La loza que a continuación se describe se trata de un cuenco. La arcilla con que fue manufacturada esta pieza es un barro de color café claro, que se puede apreciar en su tono original por algunos faltantes que es posible vislumbrar en su parte interna.
La pieza corresponde a la categoría de cerámica de tipo utilitaria, es decir, que tenía una finalidad práctica en la cotidianidad del día a día de las personas del México antiguo, quizás para contener algún tipo de líquido o alimento, tomando firmemente con las manos el cuenco para llevarlo directamente a la boca.
Este tipo de cerámica presenta siempre un importante deterioro por el uso diario del objeto y por su utilización en contextos domésticos en los cuales, las personas lo usan de manera reiterada durante periodos de tiempo muy prolongados e intensos.
Como se mencionó con anterioridad, el tipo de pasta con que fue creada la loza es un barro café claro de consistencia compacta a semi compacta con una textura arenosa, suave al tacto. No se aprecia a simple vista la presencia de algún tipo de desgrasante (materiales mezclados con la arcilla para darle cuerpo y solidez al barro para facilitar su manejo con las manos), por lo que es posible sugerir que se utilizaron materiales minerales, como rocas o fragmentos de cerámica.
Al observar con detalle, es posible advertir tanto al interior, como al exterior del cuenco, distintas tonalidades que oscilan desde un tono café claro hasta un oscuro muy intenso, este último probablemente corresponde a una exposición a fuego directo, debido al proceso de cocción.
La forma de la vasija es globular hemisférico, denominado así por su evidente predilección circular, con una base plana, diseñada para proporcionar estabilidad y contener de manera eficaz el líquido o alimento, su uso fue pensado para contextos domésticos, de ahí que se carezca de cualquier ornamento que aluda algún tipo de ejercicio ritual. Una de las virtudes del cuenco es su facilidad de almacenaje y transporte, ya que su silueta permite que estos puedan ser apilados.
Un aspecto interesante de mencionar, son las líneas blancas que se encuentran dispuestas en un patrón irregular en gran parte de la pieza. Si bien, dichas marcas no son intencionales, su presencia evidencia el contexto en el que fueron depositadas, ya que son huellas de raíces que se adhirieron al cuenco y obtuvieron nutrientes para crecer, por lo que es posible suponer que el estrato en el que fueron hallados, tenía una alta concentración de materia orgánica.