A través del estudio con técnicas microscópicas, se obtuvo información sobre los materiales pétreos y sus características, los cuales permiten identificar y distinguir su procedencia cultural.
La pieza consiste en una orejera de carrete elaborada de jadeíta color verde manzana. Tiene una cara plana y otra tubular, paredes rectas y borde liso. Tiene dos perforaciones tubulares en cada extremo del carrete. Está pulida, bruñida y calada.
El estudio con microscopía óptica indica que el desgaste y los acabados (pulido y bruñido) se realizaron con instrumentos líticos y posteriormente algún material suave, como la piel. La pieza tiene una superficie muy lustrosa y apenas se pueden distinguir algunas líneas rectas paralelas producto del desgaste. Las incisiones que presenta en la base del carrete se llevaron a cabo mediante el uso de una herramienta lítica solida con movimientos de vaivén alterno. Las perforaciones también se realizaron con un perforador lítico aguzado, que dejó círculos concéntricos bien marcados y una superficie sumamente opaca.
En el análisis con luz ultravioleta, se emitió una coloración vítrea homogénea y translúcida en ambas ondas, sin detección de variabilidad mineralógica ni intrusiones de diferentes componentes químicos; no se apreciaron diferencias con respecto a la luz natural.
En el análisis con microscopio electrónico de barrido se aprecia, a 100X una superficie rugosa donde se ven sucesiones de bandas rectas-paralelas y entrecruzadas del orden de las 10 µm de ancho, debido a la aglomeración de líneas muy finas de 3 a 3.5 µm de anchura, producto del uso de la arenisca. A 1000X se detectó el uso de lascas de obsidiana, pues tiene líneas finas, rectas y difusas que van de 0.6 a 1.3 µm de ancho, las cuales se aglomeran para formar rasgos de mayor tamaño sobre una textura rugosa. La perforación se realizó con buril de pedernal, pues tiene bandas rectas y aplanadas de 2 a 4 µm que corren en diferentes direcciones, con microrrayados internos muy finos.