De acuerdo a las evidencias artísticas, en las distintas sociedades que conformaron Mesoamérica las mujeres no vestían pantalón, ni una versión corta de ellos; hasta donde sé, las únicas excepciones se encuentran en la región Occidente. La más temprana que identifico es una escultura de la cultura de El Opeño, cuya temporalidad data al menos del 1200 a.C., que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México; entre las piezas del estilo Tala-Tonalá, en el marco de la cultura de las tumbas de tiro, se hallan otros testimonios que conozco.
Esta pieza es uno de ellos; resulta notable su magnífico estado de conservación, con la pintura en blanco sobre rojo prácticamente íntegra, lo cual no suele verse en otras esculturas dado que el blanco se aplicó pos-cocción. Es una imagen típica de dicho estilo, también denominado “cara de oveja” o “sheep face”: la cabeza con pronunciada deformación tabular oblicua, tocado de banda horizontal, orejeras circulares, nariz larga y prominente, barbilla remetida, boca sin labios, abierta y con las comisuras hacia arriba, como si sonriera, y pies con los dedos señalados y el arco levantado.
La individualidad de cada escultura suele advertirse en los detalles, como en la configuración de los ornamentos, en la parte posterior de la cabeza el tocado termina en una banda larga decorada con motivos geométricos. Volviendo al frente, sobresale una línea en la base de la nariz que representa una argolla de concha, un tipo de nariguera que emparienta este estilo y el Arenal, también de Jalisco, con el estilo nayarita Ixtlán del Río. También son llamativas las orejeras con el motivo cruciforme, la gargantilla integrada por líneas de puntos, los círculos grandes en el pecho y los hombros que tal vez figuren pintura corporal, y, desde luego, el pantaloncillo, delineado y decorado en su interior con cruces. El tratamiento pictórico y modelado de esta pequeña escultura revelan una manufactura sumamente minuciosa y fina; es una imagen que expresa vitalidad, parece que nos mira y sonríe. No sobra decir que ostenta un ligero abultamiento abdominal que pudiera aludir a la maternidad.