Las figurillas del período Preclásico son elementos de gran importancia, ya que nos brindan una ventana hacia la vida cotidiana de las personas de esa época. Aunque estas representaciones no nos proporcionan información directa sobre su alimentación o su cultura material utilitaria, existen otros recursos, como las vasijas cerámicas y los estudios de paleodieta, que nos permiten obtener ese tipo de datos. Sin embargo, las figurillas son valiosas porque nos revelan aspectos más profundos, como las creencias y preocupaciones de las personas, así como detalles sobre su vestimenta, adornos corporales y peinados. A través de estas pequeñas esculturas, podemos adentrarnos en su mundo y comprender mejor la forma de vida de las personas.
A pesar de la abundancia de figurillas del período Preclásico, uno de los hallazgos más frecuentes en las excavaciones son las cabecillas. En la Colección Amparo, contamos con seis cabecillas que datan de esta época. Estas pequeñas esculturas de cabeza son una muestra representativa de las expresiones artísticas y culturales de aquel período, y nos permiten adentrarnos en la visión estética y simbólica de las antiguas sociedades preclásicas.
Todas estas piezas comparten características similares en su diseño. Presentan una forma rectangular para la cabeza y todas están conectadas al cuerpo mediante un pequeño cuello. Los ojos y la boca son marcados con una línea incisa, la cual es resaltada por una delgada tira de barro. En los ojos, se ha añadido una pequeña perforación en el centro para simular el iris, excepto en la pieza número seis que carece de este detalle. Además, se ha colocado otra pequeña perforación en la boca para representar los dientes. En todos los casos, la nariz adopta una forma triangular y por encima de los ojos se ha colocado una pequeña tira de cerámica para simular las cejas. La posición de estas cejas varía: en las piezas 1, 2 y 4 es horizontal, mientras que en las piezas 3 y 5 es curva. Las orejas adoptan diferentes formas: un rectángulo con una pequeña perforación en la pieza número 4 y en la 2, un medio círculo en la pieza 5, y en las piezas 1, 3 y 6, se fusionan con el tocado en forma de una banda.
La diferencia más destacada se observa en el tocado de cada pieza. La pieza número 1 presenta un tocado en forma de gorro cónico con la punta redondeada. En la parte frontal del tocado se aprecian seis líneas incisas. Las líneas de los extremos son continuas, mientras que las dos líneas centrales se encuentran interrumpidas, alternando dos líneas y una línea en el centro.
La pieza número dos presenta un tocado peculiar. En la parte superior, se encuentra una pequeña semiesfera elaborada con pastillaje, la cual presenta líneas verticales incisas que simulan el cabello. Sobre esta semiesfera, se coloca una banda que tiene en su extremo izquierdo un adorno en forma de banda enrollada que forma un pequeño cono.
La pieza número tres presenta un tocado más sencillo, compuesto por tres óvalos ubicados en la parte superior de la cabeza: dos a los lados y uno en la coronilla. Estas formas posiblemente representaban mechones de pelo, aunque debido al desgaste, no es posible distinguir claramente las líneas incisas que originalmente debieron estar presentes en estas formas. Además, es importante destacar que las figurillas están recubiertas con pintura amarilla y presentan color rojo en las orejas.
La pieza número cuatro exhibe uno de los tocados más complejos. Al igual que la pieza número dos, presenta una media esfera sobre la cabeza con líneas incisas que simulan el cabello. En la parte superior de este tocado se encuentra un cono truncado invertido, mientras que en el centro se representa una esfera con una línea diagonal incisa, simulando la forma de una flor.
La pieza número cinco presenta un recurso similar al de la pieza número cuatro, ya que también utiliza una media esfera con líneas incisas para representar el cabello. En la parte de la coronilla se destaca una forma ovalada. Es importante mencionar que toda la parte izquierdo e inferior del rostro exhibe una notoria nube de cocción, un recurso estético ampliamente utilizado en la cerámica de esta época.
Por último, la pieza número cinco se distingue por tener una banda que enmarca el rostro, compuesta por dos bandas verticales a los lados y una horizontal en la parte superior. Estas bandas presentan líneas incisas en forma de >. Además, desde la parte superior de la cabeza sobresalía otro elemento que actualmente se encuentra perdido. Es importante destacar que esta pieza se diferencia notablemente del resto del grupo tanto por el color del barro como por el uso del pastillaje.
Estas piezas nos brindan un pequeño vistazo a la diversidad de tocados presentes en las figurillas de este período, así como a la variedad de formas utilizadas para representar un rostro. Aunque todas comparten una forma general similar, cada una de ellas exhibe diferentes maneras de emplear los recursos, lo que da lugar a tradiciones únicas y distintivas. Estas variaciones en los tocados y las representaciones faciales reflejan la creatividad y la individualidad de las culturas que las crearon.