Al mirar de cerca estas dos esculturas femeninas destaca que la piel de todo el cuerpo presenta finas líneas diagonales, como si recorrieran en espiral cada figura desde el rostro hasta lo pies, menos las partes con cabello, ornamentos y vestimenta. Las líneas incisas se hicieron antes de la cocción, cuando la pasta aún no secaba del todo; en mi opinión, representan pintura corporal. De este tipo de ornamentación y muchos aspectos que caen dentro de lo etnográfico, son testimonios únicos, si bien, al margen de lo que representen, reviste suma importancia cómo se configuran las técnicas y los materiales empleados, las tradiciones artísticas implícitas, los conceptos del ser humano y de lo femenino que materializan y la dimensión estética de la sociedad creadora.
Entre las variantes del estilo Tuxcacuesco-Ortices este par de obras corresponde al tipo llamado “cintura de avispa”. Los hábiles ceramistas modelaron imágenes que pueden insertarse entre aquéllas con mayor realismo. A excepción de los brazos cortos de una de las figuras y en ambas las manos con la indicación simple de los dedos y los pies como bailarinas paradas en puntas, las proporciones del cuerpo no son tan lejanas de la anatomía de una persona; en cuanto a los detalles sobresalen el delicado abultamiento de los arcos superciliares, los orificios nasales, la nariz respingada, los senos con pezones y las nalgas resaltadas; además, aún con la técnica del pastillaje –característica de dicho estilo— los ojos presentan párpados y pupilas y las bocas labios y dientes.
Las dos parecen esbozar un sonrisa; su cuerpo esbelto remite al de muchachas. Acorde con los cánones del estilo, el atavío es muy importante en la composición plástica. Llevan el cabello trenzado y recogido; lucen orejeras de disco, collares con piezas de apariencia tubular y brazaletes; en los brazos, a la altura de las axilas, se ven punzonaduras horizontales que indican un ornamento distinto al de los brazaletes en pastillaje, con base en lo plasmado en otras piezas semejantes, pienso que se trata respectivamente de bandas y aros o argollas. En especial, sobresale una especie de delantal rectangular corto con diseños incisos que figuran tejido o bordado y flecos; presenta borlas en relieve sobre el frente o a un lado; por detrás continúa la faja decorada del delantal, al centro penden unas tiras largas que identifico como parte de un máxtlatl que por delante cubre mayormente el delantal.
El máxtlatl es un lienzo de tela que pasa por entre las piernas y se ata a la cintura; en otras culturas es una prenda masculina, no obstante, en las del estilo Tuxcacuesco-Ortices aparece con frecuencia en las figuras femeninas. En la colección del Museo Amparo se encuentran varias esculturas en las que es factible identificar que son obra de un mismo taller, incluso de un mismo artista; este par correspondería al primer caso.