El título de esta obra refiere a las coordenadas de localización de una intervención de sitio específico realizada por la artista en una plantación bananera en Ecuador, su país de origen. Expresadas en grados, minutos y segundos, indican la ubicación de la instalación con respecto al paralelo principal, el ecuador (latitud), y en función del meridiano de Greenwich (longitud). En la documentación puede apreciarse el árbol recubierto con la técnica pan de oro y una vista aérea del cultivo donde destaca, como anomalía, por el contraste de color.
Realizada en Machala, ciudad de la provincia de El Oro conocida como la capital bananera del mundo, la intervención remite a los procesos coloniales, esclavistas y de explotación que constituyen un tópico fundamental en la historia social y política del país, así como, de manera más amplia, de Latinoamérica. Como es conocido, históricamente se ha utilizado la expresión peyorativa “repúblicas bananeras” para referir no solo a una producción agrícola común en la región sino a una supuesta condición de subdesarrollo. En tal sentido, la obra alude a la mirada exotizante que ha caracterizado las relaciones entre el norte y el sur globales.
De acuerdo con la artista, el uso de la técnica de pan de oro –una herramienta que ha utilizado en series como La más castellana de América (2016)– señala lo “falsamente suntuario” a la vez que visibiliza la labor indígena de dorado en los contextos religiosos durante la colonización española. Por otra parte, la obra ofrece un comentario sobre la cultura visual y las representaciones de género. Sobre este tema, recuerda un comercial que circuló en la década de 1970 en Ecuador –donde es común tener en ámbitos domésticos y en los medios de comunicación distintas alusiones al plátano como símbolo– en el que una banana, representada como figura femenina, era sexualizada a la vez que un grupo de hombres, considerados del “primer mundo”, le indicaban su falta de madurez.
Para la curadora Amanda de la Garza, resulta pertinente destacar el espacio de emplazamiento de la intervención en oposición al ámbito museístico; un contraste que produce una “condición de ajenidad”. Sobre las relaciones espaciales, producto del pensamiento arquitectónico que atraviesa la obra de Argenzio, comenta lo siguiente: “Tres elementos que aluden al lugar y a la historia pueden extraerse de esta pieza: una acción a través del proceso de dorar la pieza, instalación e intervención al realizar este procedimiento en un lugar absolutamente extranjero al espacio museístico; y, por último, de manera engarzada, el oro como la metáfora de las grandes fortunas amasadas por compañías norteamericanas y por terratenientes locales producto de la siembra del plátano: las repúblicas bananeras de América”.[1]
Esta obra formó parte del proyecto Just do it!, presentado por la artista en el espacio de exhibición de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Quito durante 2011.
Referencias:
Aglomeraciones. María José Argenzio, folio de exposición, MUAC-UNAM, México, 2016.
https://muac.unam.mx/exposicion/maria-jose-argenzio
http://museoamparo.com/exposiciones/piezas/61/maria-jose-argenzio-aglomeraciones
https://www.youtube.com/watch?v=vOHGMqiQwaM
https://museoamparo.com/artistas/perfil/309/maria-jose-argenzio
https://artecontemporaneoecuador.wordpress.com/maria-jose-argenzio/
[1] Amanda de la Garza, “Aglomeraciones. Un lugar – una arquitectura – un sistema de relaciones”, en Aglomeraciones. María José Argenzio, folio de exposición, MUAC-UNAM, México, 2016, p. 10.