Esta pieza pertenece a una tradición llamada “complejo de brazos cruzados”, a pesar de que no presenta dicha posición. Es un fenómeno que ocurrió en un territorio amplio dentro de Mesoamérica, desde el estado de Guerrero hasta Guatemala, con una temporalidad que abarca del Clásico al Posclásico. La característica de esta tradición consiste en una serie de esculturas de figura antropomorfa en posición sedente. Los brazos pueden estar cruzados como el nombre lo indica, pero también pueden presentar las manos o los puños unidos frente al pecho, como es el caso de esta pieza. En un sentido amplio, los penates mixtecos y las esculturas del estilo Mezcala de Guerrero forman parte de esta tradición; son esculturas de varios tamaños y de diversos materiales, con un estilo muy esquemático que se expresa en el rostro y el cuerpo por medio de líneas rectas.
Esculpida en piedra blanca, la pieza corresponde a un personaje jorobado que está sentado con las piernas cruzadas. En Mesoamérica, los personajes con este tipo de deformidad en la columna pueden personificar a un anciano. La imagen más destacada de esta postura es Huehuetéotl, dios del fuego con advocación del dios viejo. Esta deidad presenta, además de la joroba, una edad avanzada indicada por medio de una serie de líneas esgrafiadas en las mejillas que simulan las arrugas; las líneas rectas en los pómulos de la pieza en cuestión podrían considerarse como una representación de arrugas de manera esquemática, remitiendo nuevamente a la personificación de un anciano.