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Figurilla femenina | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla

Figurilla femenina

<
Cultura Tlatilco
Región Valle de México
Período Preclásico
Año 1400 -800 a.C
Técnica

Barro modelado, alisado, pellizcado y con pastillaje

Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 633
Investigador
  • Clementina Battcock

Esta pieza proviene del yacimiento arqueológico de Tlatilco, ubicado en el actual municipio de Naucalpan, Estado de México, cuyo apogeo se dio entre el 1400 y el 800 a.C., es decir, durante el horizonte cultural al que se le ha denominado Preclásico.

La figurilla es, claramente, la representación de una mujer, uno de los temas más comunes de la cerámica tlatilquense y de otras aldeas agrícolas similares. Con el tiempo, estos objetos alcanzaron ciertos estándares y patrones estéticos que se repetirían constantemente. La pieza fue elaborada con barro, modelada y posteriormente cocida, mientras que los ojos y los detalles de la nuca fueron añadidos mediante la técnica de pastillaje.

El cuerpo de la mujer se aprecia totalmente desnudo, en este resaltan los gruesos muslos y los senos marcados de manera clara, rasgos generalmente asociados a la madurez sexual del género femenino y, por lo tanto, a la fertilidad. Por otra parte, las extremidades son totalmente figurativas, pues tan solo se señalan mediante su forma básica y no poseen mayor detalle: los brazos son muñones sin manos, demasiado cortos en relación con las proporciones del cuerpo, las piernas terminan en puntas redondeadas que no poseen pies y estas son muy asimétricas, pues la derecha es considerablemente más gruesa que la izquierda. La parte posterior de la figura también carece de detalles.

La cabeza de la mujer guarda una proporción de uno a tres con respecto al resto del cuerpo, algo común en este tipo de figurillas. El personaje posee lo que parecen ser un par de orejeras alargadas, sin embargo, carece de cualquier otro ornamento, a diferencia de otras piezas similares que suelen portar collares, faldellines u otros elementos.

El cráneo de este individuo femenino se percibe notoriamente deformado, seguramente de forma intencional, y resulta difícil discernir si porta un tocado: la parte posterior posee los restos de lo que pudieron ser dos trenzas que bajan desde la cabeza, asimismo, observamos que la cabeza está marcada por una protuberancia en el lado izquierdo, sin embargo, este detalle no parece formar parte de algún atavío, sino que es un rasgo de deformidad.

Ahora bien, lo que distingue a esta figurilla es el rostro, pues en este apreciamos una anomalía corporal muy evidente: los ojos fueron elaborados mediante filetes circulares, similares a unas anteojeras, pero el del lado izquierdo es doble. Por lo demás, el personaje posee labios gruesos y cerrados y una nariz ancha, prominente y bulbosa.

Las deformidades y las enfermedades fueron un tema relativamente común del arte mesoamericano, pues estas circunstancias debieron llamar la atención de los maestros alfareros, quienes no dejaron pasar la oportunidad de plasmar en arcilla, de forma permanente, aquello que era anómalo en su entorno cotidiano. Además, las malformaciones muchas veces fueron consideradas como expresiones de lo divino ya que el cuerpo deforme era recipiente de fuerzas que lo marcaban y le restaban armonía.

 

Rep. Aut. I.N.A.H.

2 Sur 708, Centro Histórico,

Puebla, Pue., México 72000

Tel +52 (222) 229 3850

Abierto de miércoles a lunes de

10:00 a 18:00 h

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