Vale la pena recordar que la tradición Mezcala es una fuerte expresión artística regional que se desarrolló en trabajos de lapidaria de la cuenca media del Balsas, no exclusivamente en la cuenca de su afluente, el Mezcala. Es una tradición del período Clásico pero tuvo sus orígenes en el Preclásico tardío. El arte Mezcala es predominantemente funerario; las figuras humanas –que son las más frecuentes- eran colocadas, junto a representaciones de animales y algunos otros objetos, como parte del ajuar mortuorio.
Las formas Mezcala son bastante predecibles y fácilmente identificables: pequeños bloques de piedra con una sorprendente economía de rasgos que, sin embargo, produce figuras humanas convincentes y relativamente expresivas. Es un arte casi geométrico en el cual una fuerte abstracción reúne los elementos centrales de la figura. Dentro de esta tradición hay variantes; por ejemplo, hay figuras más planas y otras más redondeadas; hay figuras en las cuales casi todas las partes del cuerpo se marcan con incisiones o acanaladuras.
Esta pieza, junto con la figura marcada con el registro 463, no son representativos del estilo general; al contrario, son ejemplares más bien anómalos dentro del conjunto.
Esta pieza es muy plana, prácticamente se trata de una silueta recortada en la piedra. Reconocemos una postura muy característica de la tradición Mezcala que consiste en colocar los brazos junto al cuerpo y los antebrazos plegándose sobre el abdomen (también es muy común que los antebrazos se doblen, diagonales, sobre el pecho). El esquematismo y la simetría corresponden con el resto de las figuras Mezcala.
Pero todo está realizado por medio de una serie de incisiones continuas, como en un grabado, más ásperas que pulidas. Parece una silueta recortada que se detalla por medio de un esgrafiado. No sabemos en qué medida fue la dureza del material o hasta qué punto fue la preferencia o la pericia del artesano lo que produjo esta peculiaridad.
Esta figura tiene poco volumen y comparte con la pieza 463 un esquematismo muy pronunciado y cierto primitivismo en la talla, como si se tratara de las rayas de un petrograbado.