Es muy probable que este pequeño objeto de concha con forma de máscara no haya sido utilizado para sobreponerse a un rostro, sino como un pendiente; en la parte superior hay dos orificios que bien pudieron servir para atarlo a un collar. Los rasgos faciales humanos están sugeridos por medio de horadaciones que siguen la forma general de los ojos, la nariz y la boca, tales huecos evocan una calavera, más que un rostro con carne, en particular porque la apariencia blanquecina de la concha es semejante al hueso.
Seguramente fue hecho a partir de una sección de la concha de un molusco pelecípodo, conocido también como bivalvo, puesto que cuenta con un cuerpo simétrico bilateral compuesto por dos valvas o partes duras que cubren al organismo. El tamaño y la forma redondeada y cóncava corresponden con este tipo de conchas; el contorno fue cortado para figurar un óvalo. La concha es un material de calcio que se encuentra entre los más sobresalientes de Mesoamérica. Con algunas modificaciones menores las conchas univalvas de caracol se usaron como trompetas y también se hicieron algunos utensilios, pero sobre todo se elaboraron ornamentos con importantes valores simbólicos.
Los moluscos principalmente son de origen marino, también los hay de agua dulce, su valor radica en su asociación con el inframundo, el estrato primordial acuático y femenino de la estructura del cosmos. En sitios alejados del mar las conchas fueron altamente apreciadas, para que llegaran a tierra adentro tuvieron que recorrerse cientos de kilómetros y con frecuencia territorios de compleja geografía para que las élites pudieran usarlos en rituales, como ofrendas mortuorias y ostentarlos como ornamentos. Sin lugar a duda, en lo anterior están implícitas complejas tradiciones de explotación de los recursos marítimos, redes de distribución comercial y una producción industrial en cuanto a la necesidad de artífices especializados que desarrollaron sofisticadas tecnologías.
En la forma de ornamentos, además de los valores religiosos cabe resaltar que fueron un atributo destacado de la elevada jerarquía de los portadores, tal pudo ser el caso de este pendiente con forma de rostro humano. La parte posterior de la pieza es muy interesante porque arriba de las zonas de los ojos y la boca hay líneas grabadas que figuran las cejas y la dentadura.