Son varios los animales que frecuentemente tomaron forma de instrumentos musicales: armadillos, pájaros, perros y monos. Este objeto está desgastado, pero se reconoce la figura frontal de un mono sentado con las piernas plegadas y recogidas sobre su abultado vientre, con los brazos doblados en forma de cactus hacia arriba mostrando las palmas de las manos. La cola aparece plegada por la espalda y sobresale por la parte posterior de la cabeza.
La cabeza, con dos grandes ojos circulares y un morro poco prominente, recuerda considerablemente al jeroglífico ajaw, “señor, gobernante, rey”. Sobre el pecho lleva un adorno de cuentas con dos piezas colgantes y es posible que entre sus piernas se dejen ver los genitales. Algunos personajes del Popol Vuh, se transformaron en monos artesanos, Hun Batz y Hun Chouen, por eso para los antiguos mayas el mono era concebido con cualidades humanas y era considerado como patrón de los escribas, aunque también está relacionado con la sexualidad, el placer y el juego. Un ser con cualidades sagradas, tal vez por ese motivo su carne nunca sirvió de alimento para los antiguos mayas.
El pequeño tamaño y la forma ergonómica de esta pieza permitió sujetarlo con la mano que cubriría totalmente el frente del instrumento y tal vez su desgaste se deba a un uso continuo.
El Museo Amparo cuenta con un silbato similar cuya figura representa a un mono antropomorfo y erguido, que también porta un colgante y su vientre está igual de abultado.