Cabeza esculpida en piedra que representa a un personaje masculino. Como otras piezas similares de esta colección, la escultura presenta un fuerte deterioro y la piedra recuerda en la erosión a la pieza 1368. La pieza está fragmentada y en muy mal estado, sólo se conserva parte del lateral izquierdo del rostro: el ojo y la nariz fragmentada.
Pese al gran deterioro de la pieza, ciertos rasgos diagnósticos, como la boca entreabierta y los ojos almendrados, abultados y rasgados, permiten englobarla dentro del arte que se manufacturaba entre los siglos VII y VIII d.C. aunque no se puede establecer su pertenencia a una región concreta.
Al igual que las otras cabezas seccionadas que resguarda el Museo Amparo, ésta debió también formar parte de un programa narrativo que se exhibía en la fachada de algún edificio principal.