Platón monocromo, de ala ancha, muy semejante en su forma a una pieza elaborada por Enrique Ventosa, pero un poco más pequeño.
Fue elaborado con barro fino café claro mediante el uso de un molde y posteriormente se detalló en el torno. Fue recubierto con esmalte estannífero brillante, que ahora se encuentra craquelado. Fue quemado con trípodes, se observa huella de los mismos al reverso.
Al centro lleva el nombre de la orden de las religiosas Capuchinas en negro, rodeado de una cenefa vegetal finamente dibujada a punta de pincel en color manganeso, pasando del color café oscuro al claro, con cierto aire neoclásico. En la aplicación del esmalte estannífero se buscó la mayor uniformidad posible.
Se trata muy probablemente de un platón meramente decorativo, como representación de la orden que llegó a Puebla en la primera mitad del siglo XVI.