Jarrón o contenedor polícromo, originalmente con tapa, con una escena de la etapa romántica al centro. Fue elaborado en barro rojo, con esmalte estannífero brillante en el conjunto de la pieza y la base, que no muestra craqueladuras. El proceso de quemado se realizó en caja o cobija, sin marcas que evidencien el uso de trípodes. Se observan algunos residuos al interior de la pieza por el uso.
La escena muestra a dos mujeres probablemente bailando, cuyos rostros y brazos se fusionan, como un ejemplo de la exaltación de los sentimientos, propia del triunfo de la libertad individual de la sociedad burguesa. Los peinados de las damas corresponden a la etapa victoriana y neoclásica, posterior a 1835.
Las figuras están delineadas en negro y tienen proporciones desiguales, los colores fueron aplicados a mano alzada, acuarelados. Se usó una plantilla para realizar la copia del dibujo.
El conjunto de jarrones al que pertenece es de gran singularidad e importancia, ya que ni en Puebla ni en Europa se conocen otros ejemplares con las mismas características, de acuerdo con las investigaciones del doctor Alfonso Pleguezuelo. Fue realizado en el mismo taller, por su decoración pertenece al período romántico, en el que se le daba prioridad a los sentimientos personales, contrario al racionalismo, distintivo del período previo que corresponde a la Ilustración.