Durante el Preclásico, la cuenca de México presentaba una serie de aldeas ubicadas principalmente en las márgenes del lago, mientras que otras poblaciones se asentaron en lugares elevados de la cuenca para evitar las inundaciones de sus poblados y de sus cultivos. De acuerdo con el lugar donde se asentaron, así como a las condiciones ideales de la cuenca pudieron desarrollar actividades como son el cultivo, la pesca y la cacería. Ejemplo de esto fue el sitio de Tlatilco ubicado en las márgenes del Rio Hondo, donde pudo disfrutar no sólo de los cultivos y de la pesca sino también de practicar la cacería.
Los grupos del Preclásico tuvieron también que adaptarse para asegurar la supervivencia, por lo que desarrollaron técnicas para la explotación de los recursos naturales que su hábitat le ofrecía. Utilizaron materiales nativos y duraderos como la piedra volcánica, hueso, madera, fibras vegetales y barro, entre otros. Elaborando con la piedra volcánica las manos de metate y morteros para machacar, con el hueso agujas para coser y para descarnar las pieles, para bruñir cerámica, fibras textiles para elaborar cestas, entre otros.
En el caso de la alfarería llego a convertirse en una de las actividades más importantes, ya que el artesano supo aprovechar el barro para modelar y crear con gran destreza objetos que muestra su concepción del mundo, dejando con esto mucha información de como era su hábitat.
Los artesanos crearon formas para almacenar agua o granos como las grandes ollas, formas para preparar alimentos como las ollas de menor tamaño, formas para servir alimentos como cajetes y platos y formas rituales como los incensarios. También se tienen hermosas vasijas antropomorfas como las procedentes en el sitio de Tlatilco, Estado de México, con forma de jabalí, tlacuache, peces y patos, las cuales informan a qué tipo de animales tenían acceso y como era su hábitat, muchas de estas piezas por sus acabado de superficie forman parte del ajuar en los entierros de esta época.
De barro también se tienen figurillas con representaciones de mujeres jóvenes, madres con sus hijos, sacerdotes, jugadores de pelota, magos o hechiceros, animales. Figurillas que retratan el modo de vida, como era el tipo físico, como se vestían, que atavíos usaban, entre otros. Se tienen otros objetos de barro que eran utilizados dentro de las actividades rituales y lúdicas como las máscaras, los objetos ornamentales como las orejeras, cuentas y pectorales que demuestran que el arreglo personal era importante, en el caso de los sellos asociados a las actividades de pintura corporal y facial, malacates relacionados a las actividades textiles; instrumentos musicales utilizados en las actividades lúdicas y rituales.
Dentro de este grupo se encuentran también las esferas de barro, con una función desconocida, las cuales no presentan un recubrimiento de engobe y se presenta en varios tamaños. Se han detectado en varios sitios del Preclásico como Zohapilco, Tlatilco, Ticomán y Zacatenco.
Por sus características morfológicas posiblemente haya sido usado para fines de entretenimiento y juego o como proyectil para cazar animales. Ejemplo de esto son las hondas, las cuales consisten en una tira elaborada de fibras de maguey, una pequeña bolsa acojinada en el centro de la cuerda la cual permite colocar el proyectil en posición segura para ser arrojado; el proyectil podía ser pequeñas pelotas de arcilla o piedras volcánicas.
Un ejemplo de estas esferas de barro es la pieza que a continuación se describe, en tono café claro, alisada y de forma redondeada e irregular, posiblemente hecha con las palmas de las manos del alfarero.