Cultura | Golfo de México |
Región | Centro Norte de Veracruz |
Período | Clásico Tardío |
Año | 600-900 d.C |
Técnica | Piedra pulida |
Medidas | 15 x 8.5 x 10.1 cm |
Ubicación | Bóveda Prehispánico |
No. registro | 52 22 MA FA 57PJ 1254 |
Investigador |
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El juego de pelota en la Costa del Gofo fue un evento importante en la vida de las ciudades, las evidencias de esta actividad están presentes desde el Preclásico (1 600 a. C.) con la cancha de Paso de la Amada, Chiapas, las pelotas de hule encontradas en la zona anegada de El Manatí, Veracruz y las representaciones de jugadores en Occidente; claro que el juego de pelota seguramente es más temprano que estos vestigios.
Aunque las evidencias son tempranas, es hasta el Clásico Tardío cuando esta actividad se convierte en cotidiana con canchas de juego distribuidas en toda la Costa del Golfo a corta distancia entre una y otra.
De los elementos asociados al desarrollo del juego, las hachas por asociación de formas están representadas en distintos contextos, como en los paneles del Juego de Pelota Sur de Tajín, en pintura mural y en la decoración de cerámica. Su uso realmente no se conoce, pues parece formar parte de un conjunto ritual y no práctico del juego, regularmente representan cabezas antropomorfas quizá asociadas a la decapitación ritual producto de esta actividad, pero también pueden tener representaciones zoomorfas completas o mezcladas con las cefálicas antropomorfas.
Esta pieza en específico corresponde a un hacha votiva antropomorfa, con restos de color rojo, que como se menciona, es cefálica de 8.5 cm de ancho y 15 cm de alto, lo que representa poco más que la medida promedio de estos elementos. La técnica es pulida en roca ligeramente porosa; el talón de embone es alto a la altura occipital y en talud divergente. La representación antropomorfa refiere a un anciano de rostro alargado de forma triangular con el mentón cuadrado; los ojos están en altorrelieve, cerrados y ligeramente caídos con los párpados presentes, los inferiores están inflamados, no se observan las carúnculas lagrimales pero tiene los pómulos muy marcados, así como los arcos superciliares; en la nariz se observan las aletas nasales por incisión circular y sin fosas nasales, el puente y el dorso nasal es grueso hasta llegar a la punta de la nariz que es redonda y chata; la boca está abierta con las comisuras hacia arriba, los labios son delgados y no está visible el surco subnasal, presenta alto prognatismo; se puede apreciar que tiene bien marcados los surcos nasogenianos; y no tiene orejas.
A manera de cabello tiene volutas de contorno marcado, así como entrelaces muy parecidos a los que encuentran en la iconografía de la región de Tajín e incluso a los que se pueden observar en la región huasteca; mismos que aparentan la cabeza de una serpiente estilizada con la lengua bífida en la frente del personaje y los ojos sobre las volutas de las sienes.
Rep. Aut. I.N.A.H.