Del centro de Veracruz procede esta interesante figura hueca de barro que corresponde a la llamada cultura de Remojadas, un conjunto de manifestaciones plásticas del centro de Veracruz que Medellín Zenil estudió por primera vez en el municipio de Soledad de Doblado. Aunque estas últimas cubren la totalidad del arco temporal que le corresponde a las antiguas civilizaciones de Mesoamérica, esta clase particular de botellones provistos de asa vertedera son en realidad productos de la alfarería de los primeros tres siglos de nuestra era. Con todo hay que ser particularmente cautos, con el fechamiento de este tipo de objetos, puesto que la cronología propuesta por Medellín se encuentra definitivamente "corrida" hacia abajo, esto es, otorga mayor antigüedad a esta clase de vasijas de la que en realidad tienen.
El asunto probablemente se relaciona con la proliferación de las investigaciones arqueológicas en el territorio veracruzano, a partir de los años cuarenta del siglo pasado y con una cierta obsesión académica, podría decirse que hasta llevada a una forma de competencia, por probar que estos desarrollos culturales tenían una antigüedad hasta entonces insospechada. Ekholm en la Huasteca, Stirling en Cerro de las Mesas y Medellín Zenil en el centro de Veracruz comenzaron a dar forma a la arqueología veracruzana, tal y como hoy la conocemos, pero en el caso de este último, sus propuestas cronológicas no siempre resultan atendibles. Sin embargo, el caso de esta interesante pieza que proviene de la región que excavó Medellín por años, debe haberse elaborado justo al iniciar nuestra era, si es que no a finales del período Formativo.
Se trata de una vasija con la efigie de un ser humano representado de cuerpo entero aunque lo esquemático de los rasgos del rostro y la forma del cuello sugieren la forma de un animal sentado en cuclillas al que se le adicionan estas enormes caderas. La pieza muestra todos los rasgos estilísticos esperables en las manifestaciones artísticas de Remojadas, la cara hundida de ojos pequeños y nariz respingada es característica de ciertas figura tempranas, normalmente representadas en estos botellones propios de dicha región.
La cadera y los muslos están pintados de color rojo a partir de la cintura, justo donde descansan los brazos formados por aplicaciones de barro que bajan desde los hombros describiendo un círculo que cierra en el lugar que ocupan las manos. Todo ello es de una hechura sumamente esquemática pero que introduce un manejo excepcional de líneas y proporciones de particular elegancia visual y armonía. A los lados del vaso se distinguen dos pequeñas orejas puntiagudas que acentúan el carácter geométrico de estas expresiones plásticas tempranas del centro de Veracruz, mismas que fueron decoradas con finas pinceladas de un color negro hecho a base de chapopote y que se extendieron a los ojos y a la tímida boca que revela la identidad de la figura y cuya apariencia sirve aquí para proponerla como humana.