El 23 de marzo de 1994 fue asesinado, en Ciudad Juárez, Chihuahua, Luis Donaldo Colosio, candidato a la presidencia de México por el Partido Revolucionario Institucional. Ultimado a sangre fría con un arma de fuego, en pleno mitin de campaña, el asesinato estuvo oscurecido debido a las numerosas irregularidades de la investigación y por el hecho de que nunca quedó del todo claro el móvil detrás de su muerte. Aunque según algunas versiones su asesinato se debió a divisiones internas dentro de su propio partido, Colosio se volvió desde entonces una especie de mártir para el PRI, por lo que se erigieron numerosas esculturas y monumentos en su memoria a lo largo y ancho de país.
Todos los Colosios de este país documenta esta serie de monumentos, edificados en diversos puntos de México. Aunque fueron realizados para salvaguardar la memoria del candidato, los monumentos son anodinos y destacan por su banalidad e intrascendencia. Parecen ser huellas inútiles de la promesa de un futuro mejor.
Esta obra forma parte de PRI: Genealogía de un partido, un proyecto desarrollado desde el año 2008 por Berruecos que da cuenta, a partir de imágenes de archivo, fotografías y documentos, de las estrategias visuales, la retórica y las huellas del Partido Revolucionario Institucional en México. Dicha investigación ha resultado en un cúmulo de piezas que funcionan como una memoria visual del ejercicio del poder en este país.
EKA, noviembre 2019