Se trata de un plato “matado” con dignatario y dos sacerdotes sentados en el fondo y una sucesión de aves libando de cuencos en el borde del mismo; fue modelado en barro, cocido y pintado con policromía, en gamas de rojos, rosas y blancos.
Es un diseño propio del periodo Clásico Tardío (600-909 d.C.), y aunque su procedencia es desconocida, por estilo, diseño y temática podría proceder de alguna región de Petén.
En el fondo del plato se pintó una escena que reproduce a un alto dignatario danzando de pie sobre un trono elevado. Dos sacerdotes sentados a ambos lados observan atentos el acontecimiento. El personaje central es el encargado de dar movimiento a la composición. El cuerpo está de frente y el rostro de perfil; los brazos se abren hacia los lados cada uno en una dirección; uno sube y otro baja en posición de danza. El artista resalta de forma especial los ademanes de las manos mediante el alargamiento de los dedos y uñas exageradamente prolongadas.
Dentro de su vestimenta destaca el tocado de dos piezas de gran majestuosidad y movimiento. Tiene un diseño globular y voluminoso realizado en tela blanca, seguramente de algodón, que ata y se sujeta en el armazón de caña trenzada posterior, del que salen adornos vegetales que caen hacia atrás y vencen por delante del rostro del señor, formando un semicírculo que se adapta al contorno del fondo del plato. Un recurso compositivo empleado por el pintor para adaptar la escena a la forma circular del plato. Envuelto en la cintura lleva un enredo blanco de amplios pliegues en movimiento que le cubre hasta la rodilla y se anuda en el centro. Los complementos con los que se adorna el señor, orejeras, collar y muñequeras, son blancos, tal vez de hueso, del mismo color que la vestimenta y el tocado. El hecho de que lleve los pies desnudos indica que se encuentra en el interior de un palacio.
Flanqueando al dignatario se encuentran dos sacerdotes sentados en posición oriental sobre la banca elevada. Su indumentaria sigue los mismos patrones que la del personaje central; tocado de algodón blanco con un armazón cilíndrico superpuesto y un faldellín blanco con motas grises. La comunicación entre ambos y el protagonista se ve indicada nuevamente por los ademanes de las manos; el personaje de la derecha la levanta y extiende, mientras que el de la izquierda la apoya extendida sobre la rodilla, en ambos casos se observa el alargamiento de los dedos y uñas que exageran más los ademanes de las manos.
El artista crea una composición semicircular marcada por el tocado, el movimiento de los brazos y los sacerdotes sentados a ambos lados del protagonista. La parte baja de la banca está decorada con volutas tal vez con la intención de no romper la composición semicircular.
La pared interior del plato está decorada con una sucesión de imágenes repetidas de aves con cuerpo antropomorfo que están sentadas mientras liban de cajetes de color rojo. Todas estas figuras van ataviadas con un tocado color ladrillo anudado en la parte posterior y un faldellín de color rojo y cintura blanca.
Al menos se identifican tres variedades de aves diferentes: loros o cotorras, un colibrí y tal vez cormoranes. Es posible que sean los animales compañeros de los personajes del centro. Recordemos que todavía en Mesoamérica se sigue manteniendo la creencia de que todo ser humano tiene un alter ego en forma de animal y que el más valioso sería el colibrí.
La doctora Mercedes de la Garza sugiere que estos seres antropomorfos con cabezas de aves expresan la idea chamánica de la transmutación en animales. Por muchas referencias del chamanismo en muchas partes del mundo, los chamanes, en estado de éxtasis (ya sea por prácticas ascéticas o por sustancias alucinógenas) "viven" la experiencia de transformarse en animales que bien pudiesen ser los representados aquí. En este caso, se puede pensar que el personaje central de esta composición es el que está experimentando estas visiones y posteriormente fueron plasmadas en el plato.
Se conocen otros platos con temática y distribución de los personajes semejantes, como se puede apreciar en las vasijas K0095, K394 o K1491 del catálogo de J. Kerr. En todas se dibujó en el fondo a un personaje de alto rango sobre una banca elevada y en las paredes del plato la repetición de figuras, como monos, aves, venados, y seres sobrenaturales y mitológicos, posiblemente reproduciendo la visión en el momento de alteración de la consciencia.
Observaciones: El plato presenta tres perforaciones; la del centro del personaje que consideramos se realizó en el momento en que el plato dejó de tener la función de contenedor y se “mató”, mediante la perforación central, para ser enterrado con su propietario, y otras dos perforaciones realizadas en los cuerpos de los sacerdotes sentados que podrían haber sido ejecutadas después de que el plato fuese sustraído del contexto arqueológico original, para poner un cordel que sirviese para colgarlo en algún paramento, como se aprecia todavía el cordel anudado en los agujeros de la pieza.
BIBLIOGRAFÍA
KERR, Justin
- 1989, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 1. Kerr Associates. Nueva York.
- 1992, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 3. Kerr Associates. Nueva York.
- 1995, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 4. Kerr Associates. Nueva York.
- 1997, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 5. Kerr Associates. Nueva York.
- 2000, The Maya Vase Book. A Corpus of Rollout Photographs of Maya Vases, Volume 6. Kerr Associates. Nueva York.
- Kerr, Justin, http://research.famsi.org/kerrportfolio.html