Instrumento-efigie cuyos rasgos corresponden al estilo nahua, observado en otros idiófonos de sacudimiento procedentes del Altiplano Central. La efigie representa a una mujer sedente, aparentemente desnuda y con las manos colocadas a la altura del abdomen; del peinado sólo se conserva un fragmento pero es muy probable que originalmente haya sido del mismo tipo que el de la maraca 1497. Porta un collar de pendientes alargados que posiblemente representan colmillos.
Este tipo de instrumentos se elaboraban a partir de moldes; mientras que los percutores eran modelados e incorporados al instrumento antes de ensamblar la figura. En el Posclásico, fueron comunes las maracas integradas a efigies femeninas con torso desnudo, senos firmes y en ocasiones sosteniendo a un niño. Estos rasgos corresponden a un prototipo bastante generalizado entre los grupos nahuas del Altiplano Central. La representación femenina está relacionada con ideas sobre la juventud, la fertilidad y la reproductividad.
Recientes investigaciones sugieren que tales instrumentos fueron utilizados en ritos a nivel doméstico para propiciar buena salud, protección a los niños y salud materna; es decir, eran objetos apotropaicos.