• Visita

    Planea tu visita

    Lineamientos

    Visitas Guiadas

    Descubre Puebla

  • Exposiciones

    El México Antiguo

    Salas de Arte Virreinal

    Temporales

    • Pasadas
    • Presentes
    • Próximas
  • actividades

    Presenciales

    En línea

    Visitas Guiadas

  • En línea

    Amparo Online

    Publicaciones Digitales

    Recorridos Virtuales

  • Aprende

    Niños

    • Tutoriales
    • Cuadernillos para iluminar
    • Cuadernillos de actividades
    • Cuentos para niños
    • Cápsulas para niños

    Publicaciones

    Podcast

    Programa Escolar

    Vinculación Universitaria

    Videos

  • Servicios

    Terraza

    Tienda del museo

    Biblioteca

    Café del museo

    Renta de espacios

  • El Amparo

    Acerca de

    Nuestros Fundadores

    Historia de los edificios

    Artistas y colaboradores

    • Ponentes
    • Investigadores
    • Artistas

    Contacto

    • Prensa
    • Bolsa de trabajo
    • Suscríbete al Boletín
      Al suscribirte recibirás información de los eventos y exposiciones del Museo Amparo.
    • Servicio social y voluntariado
    • Formulario de contacto

ES

  /  

EN

Horario

Miércoles a lunes de

10:00 a 18:00 h

Incensario con efigie de una deidad | El tiempo en las cosas II. Salas de Arte Contemporáneo | Museo Amparo, Puebla

Incensario con efigie de una deidad

<
Cultura Maya
Región Maya
Período Clásico tardío
Año 600-909 d.C.
Técnica

Barro modelado con decoración pintada

Medidas 28   x 23  x 15  cm
Ubicación Salas de Arte Contemporáneo. Piezas Prehispánicas
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 1469
Investigador
  • Arturo Pascual Soto

El Clásico terminal en las tierras bajas del área maya se encuentra en todos sentidos mucho más próximo a procesos de transformación que a un momento de real integración cultural. El resultado siempre es el mismo y permanece indiscutiblemente ligado a un momento de la civilización que ha llegado a su fin. Amplios sectores de las tierras bajas entraron en contacto con las expresiones culturales del litoral del Golfo de México y no por ello debemos suponer que del mar también estuvieran llegando grupos de filiación “no maya” a quienes debemos de atribuir los cambios radicales que se experimentaban entonces.

Es cierto que hay evidencia concreta de una escalada militar particularmente marcada en la cuenca del río la Pasión pero en realidad esto es algo que más se asocia con el vacío de poder y las guerras intestinas que se generan tras la caída de Dos Pilas, en las selvas de Guatemala, que con la llegada de grupos beligerantes procedentes de la costa del Golfo.

Thompson atribuyó a los putunes semejante trastorno cultural. Si bien se trata de una explicación que ha ido perdiendo fuerza entre los especialistas, hay que reconocer que tampoco ha sido substituida por otra de mejores méritos. El asunto es que por más que ahora se le considere rebasada, siguen presentes en la discusión académica los mismos elementos que lo llevaron hace más de tres décadas a mirar la franja costera, Laguna de Términos, como el lugar de origen de toda esta diversidad cultural.

No es que debamos volver a esta noción, a la idea de una dominación chontal del sur de México, pero Thompson tenía razón cuando pensaba que el litoral del Golfo algo tenía que ver con este cambio en la dirección de la civilización. El mar y los territorios costeros encaminaban entonces un modelo cultural del que varias ciudades del área maya terminarían por hacerse cargo.

De cualquier forma, los últimos años del siglo VIII y los primeros del siglo IX de nuestra era, fueron de franca transición. Es un hecho que cambiarán muchas cosas, pero desde antes se manifiesta toda una serie de transformaciones graduales en las cerámicas de las tierras bajas que ciertamente tienen que ver con un replanteamiento de las rutas comerciales. Aquella parte del territorio donde se unen los estados mexicanos de Chiapas y Tabasco con el Petén es, en términos de producciones alfareras, no sólo rico y diverso, sino que es el escenario de una verdadera “explosión” de manifestaciones cerámicas.

El incensario que nos ocupa, una magnífica pieza de la colección prehispánica del Museo Amparo, ilustra lo que sucedía a finales del Clásico tardío en esta vasta región de Mesoamérica. De construcción tubular, incorpora la representación de una antigua deidad maya. El rostro se convierte en el centro mismo del discurso icónico, el lugar donde se reconoce la identidad divina del personaje que lo ocupa. Fabricado con la utilización de un molde, contrasta con el modelado más bien tosco del cuerpo. La forma de los ojos recuerda a los braseros de la región del Usumacinta, a los dioses de la “tríada palencana”, pero el barro es mucho más cercano en aspecto a las figurillas cerámicas de la zona de Jonuta. Es una espléndida pieza que responde a nivel ideológico a los conceptos típicos del Clásico tardío pero que se haya en franca transición hacia el Clásico terminal, la época en la que se irán extinguiendo las principales ciudades de las selvas del sur del área maya.

 

2 Sur 708, Centro Histórico,

Puebla, Pue., México 72000

Tel +52 (222) 229 3850

Abierto de miércoles a lunes de

10:00 a 18:00 h

Visita
Planea tu visita Lineamientos Actividades Recorridos guiados Descubre Puebla
Exposiciones
El México Antiguo Salas de Arte Virreinal Colección de Arte Contemporáneo Temporales
En línea
Actividades Libros digitales Recorridos virtuales
Aprende
Niños Publicaciones Podcast Programa Escolar Vinculación Universitaria Videos
Servicios
Terraza Tienda en Línea Biblioteca Café del Museo Renta de espacios
El Amparo
Acerca de Nuestros Fundadores Historia de los edificios Artistas y colaboradores
Contacto
Prensa Colabora con nosotros Boletín Contacto
Términos y condiciones
Políticas de privacidad
Licencia Creative Commons

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional