Parece tratarse del fragmento de una figurilla hueca, quizás un silbato que representa la cara de un personaje de edad avanzada, cuya sonrisa está subrayada por un doble surco profundo. De su tocado hecho aparentemente de piel, a juzgar por las puntuaciones que sugieren una materia esponjada, sale la cabeza de un animal difícil de identificar: grandes ojos, orejas redondas y largo hocico.
Por la forma de la cara, podría tratarse de una pieza elaborada ya en tiempos coloniales con una clara influencia del arte occidental mientras que los dobles surcos para marcar la edad avanzada se apegan a una convención mesoamericana milenaria.