En las esculturas del estilo Tala-Tonalá se pintaron elementos que en otros estilos están modelados, en relieve, incisos o grabados, entre ellos la indumentaria, en este caso, una capa lateral. Propongo denominarla tilma, que deriva del término náhuatl tilmatli, aplicado a un manto cuadrangular en forma de toga que se anudaba al pecho por debajo del cuello o por encima de un hombro, dejando el otro al descubierto; esta prenda es bien conocida para el periodo Posclásico tardío, en relación con los mexicas. Al parecer, muchos siglos antes, en el marco de la cultura de las tumbas de tiro, se usó una capa similar, que a diferencia de la mexica siempre es corta y cuyos dos extremos superiores se unen por una banda delgada; se le representó en varias de las modalidades estilísticas zonales de Nayarit, Jalisco y Colima.
En el estilo Tala-Tonalá, entre otros, la capa pasa debajo de un hombro, mientras que en el Ixtlán del Río a veces cubre uno de los brazos. La visten los hombres, aunque también puede verse en algunas figuras femeninas. Suele estar decorada; en nuestra imagen, toda la tilma, incluida su ornamentación, se pintó de blanco sobre el rojo del fondo, los colores característicos del estilo.
No es frecuente que las obras del Tala-Tonalá conserven su capa pictórica, muchas veces sólo se ve el color gris oscuro de la pasta, o acaso restos de rojo; este color se aplicó antes de la cocción y el blanco después; tal es una razón principal de que haya desaparecido: el sometimiento al fuego de las piezas fija la pintura, sin embargo también se modifican los colores al cambiar la composición química de los pigmentos. De lo anterior, puedo deducir que para los talleres y las comunidades en las que fue creado este estilo, resultó secundario que la pintura postcocción fuera perecedera y en cambio fue muy importante que el blanco destacara en ciertos detalles faciales –como los globos oculares-, pintura corporal, indumentaria y ornamentos.
La capa presenta cinco secciones triangulares o cuadrangulares divididas por tres líneas, cada una con motivos diferentes que tal vez aludan a bordados: de atrás hacia delante, cruces, grupos de círculos, círculos dispersos y, al parecer, de nuevo grupos de círculos y luego cruces. El motivo del grupo de círculos recibe el nombre de guachimontón, es un círculo rodeado de otros círculos y semeja la planta circular concéntrica de los complejos arquitectónicos ceremoniales de esta sociedad.
Como podrá notarse, la figura tiene manchas negras, que no son pintura, sino depósitos de minerales que de modo circunstancial se fijaron mientras se hallaba en el recinto subterráneo que es la tumba de tiro y cámara. Igualmente hay ciertas secciones, como los dos triángulos en las mejillas, el contorno de los ojos y otra forma triangular lineal en la nariz, que fueron reservadas, es decir, no se cubrieron de rojo y lo que se aprecia es el color base de la pasta.
Siguiendo con los diseños en blanco que se aprecian con mayor facilidad se encuentran líneas de puntos en las mejillas, puntos en el borde dentado de las grandes orejeras, un collar de cuatro líneas, el contorno del calzón –que también está relevado— y, por último, un rasgo exclusivo del estilo Tala-Tonalá: una especie de guantes en las manos y calcetines en los pies, en ambos casos con los dedos marcados con incisiones anchas.
El calzón presenta una sobreposición alargada al frente, la cual es más notoria en las piezas del estilo Ixtlán del Río, del sur de Nayarit, y se interpreta como un protector fálico. De otra parte, el hombre sostiene en su mano derecha un objeto tubular que no me es posible identificar; por la posición, pudiera tratarse de un cuchillo.
Desde luego, un elemento de mayor interés visual es la cabeza que muestra una muy pronunciada deformación tabular; su exagerada altura fue totalmente apta para disponer el tocado típico en este estilo conformado por bandas horizontales y que en esta pieza se modelaron elaboradas, ostentosas. Finalmente, en la vista posterior, destaca, además de la tilma, una sección que se reservó y remite a una cabellera larga, la cual aparenta ocultar las líneas del collar. El cabello largo en las figuras masculinas aparece con cierta regularidad en el imaginario de esta cultura.