Dentro del extenso repertorio iconográfico del arte cerámico de la cultura de las tumbas de tiro se hallan los seres antropozoomorfos; en la predominante figuración de humanos en un estilo realista, resultan peculiares estas imágenes fantásticas. A mi juicio, el cuadrúpedo que nos ocupa puede tratarse de un perro con cabeza humana, dado que en otros de los estilos zonales se plasmaron imágenes con las que es posible establecer correspondencias.
Me refiero en particular al estilo Comala, de Colima, en el que se hallan perros con máscaras humanas y al Ameca-Etzatlán que cuenta con figuras de hombres dispuestos en “cuatro patas” e incluso con cola, aunque su anatomía y la misma postura exhibe una mayor cercanía a lo humano (de éstas últimas se hallan algunas obras en el acervo del Museo Amparo), los individuos antropozoomorfos se ven sometidos ante un hombre de pie.
De acuerdo con las investigaciones que he realizado, estas imágenes de perros-humanos remiten a una narración mítica en la que una perra eventualmente transformada en mujer y un hombre constituyen la pareja ancestral que dio origen a la humanidad.
Esta pieza exhibe el estilo San Sebastián, nombrado a partir de una población ubicada en la cuenca de la laguna de Magdalena, en el centro-norte de Jalisco. En esta modalidad estilística los animales no son abundantes; los que identifico son cuadrúpedos cuya cabeza con el hocico aguzado y las orejas en la zona frontal indican con claridad que se plasmaron animales; en este marco nuestra pieza es singular. La cabeza sin duda es humana; acorde con los cánones del estilo las orejas están ausentes y en su lugar sólo se ven las orejeras, a la manera de varias argollas que estarían insertadas horizontalmente en los lóbulos. En el cuerpo con ciertas secciones pintadas en rojo, de torso acinturado, con piernas cónicas-periformes y cola corta, son interesantes los motivos pintados en negro sobre naranja consistentes en un reticulado y espirales situadas en la parte superior de las cuatro extremidades, pues se equiparan con los que ostentan los cuerpos plenamente humanos; es factible que este tratamiento pictórico, junto con la cabeza, otorguen cualidades humanas al animal.