Este pequeño personaje femenino presenta un peculiar objeto atrás de la cabeza; compuesto por un largo y grueso palo amarrado horizontalmente con un lazo, se trata probablemente de un dispositivo para amarrar el pelo que distinguía a ciertas mujeres con un alto peinado. El otro rasgo sobre el cual se detuvo el que modeló esta pequeña figura es el vientre para el cual pegó sobre el cuerpo una bolita de barro abajo de los pequeños senos, sin preocuparse por modelarla y alisarla para incorporarla plenamente al cuerpo. Le pareció suficiente horadarla a modo de ombligo para que se entendiera claramente que se trataba de un vientre abultado de una mujer embarazada.
La pintura rojo vivo sobre el cuerpo y el peinado refuerzan el acento que el alfarero puso sobre estos dos aspectos de la diminuta figura: su pertenencia a un grupo determinado de mujeres y el estado de gravidez. Aunque a menudo se ha propuesto que la abundante producción de figurillas femeninas durante el Preclásico habría de relacionarse con algún rito de fertilidad, las representaciones de mujeres embarazadas son escasas. Quizás en este caso, este objeto habría estado asociado efectivamente a algún tipo de gesto propiciatorio para asegurar la fertilidad de la mujer, el buen destino en el embarazo.