Este fragmento es parte de una figurilla humana. Es muy común encontrar solamente algunas partes del cuerpo como cabeza, tronco, piernas o brazos, más que la forma entera. La pieza, como se ve, es la cabeza de un personaje que no sabemos si se trata de un hombre o una mujer. Asimismo, es difícil atribuirla a alguna cultura dado que, infortunadamente, la cabecita no tiene alguna característica particular que pueda imputarse a cierta cultura. En Mesoamérica, en todas las épocas y en todas las regiones se han producido figurillas de barro.

Nuestra pieza tiene un tocado muy extraño como una manta que le cubre la cabeza y lleva una banda sobresaliente como una visera. La manta parece continuar cubriéndole hasta el cuerpo. La cabeza es un ovoide alargado verticalmente. La forma de los ojos no nos permite determinar si están cerrados o abiertos. La nariz es prominente. La boca está abierta de forma ovalada mostrando los dientes superiores y los labios son gruesos. Se observan restos de pintura roja en la parte inferior del rostro.

El fragmento está elaborado mediante el uso de un molde. En la Meseta central, esta técnica fue desarrollada a partir del período Clásico y más adelante ésta predominó para la producción de figurillas. En épocas anteriores era común que se manufacturaran con la técnica de modelado a mano. Con el uso del molde se lograban fabricar grandes cantidades de este tipo de figurillas.

No se sabe mucho del significado ni de la función de las figurillas. Por lo general, se piensa que probablemente fueron utilizadas en los rituales domésticos, puesto que muchas se han encontrado en depósitos habitacionales, así como la mayoría son representaciones de figuras humanas sencillas sin adornos elaborados.