Las flautas dobles son distintivas del Occidente de México y en específico de Colima; son dos tubos juntos con cuatro orificios de digitación cada uno. El aire ingresa por una embocadura a través de dos aeroductos independientes; sin embargo, al momento de la ejecución los labios abarcan ambos aeroductos y esto permite tocar las dos flautas de manera simultánea. Las placas o diques colocados en los laterales de la boca sonora permiten una mejor dirección del aire hacia el bisel.
Estas flautas generalmente están decoradas con la efigie de lagartija o una serpiente. Por algunas representaciones en esculturas y figurillas, se infiere que las flautas dobles se tocaban con una sola mano; es decir, que un solo dedo tapaba dos orificios al mismo tiempo. La mínima diferencia entre la distancia de los orificios de digitación tiene como finalidad generar el fenómeno de batimentos o pulsaciones característicos de los aerófonos dobles. Los batimientos son percibidos como sonidos desafinados; no obstante, en algunos instrumentos mesoamericanos es un rasgo que define la textura sonora.
Gonzalo Sánchez
Después de haber elaborado su delicado instrumento, midiendo cuidadosamente el largo de los tubos, la disposición de los orificios, la precisión de la boquilla, el artífice le aplicó dos pares de picos en los costados cuya función o significado ignoramos. En la mitad del tubo, usando bolitas de barro muy dúctil para evitar deformar los ductos de la flauta, las aplicó presionando suavemente y dando la forma aproximada de un animal.
Más allá de lo placentero de una decoración, es probable que el animal haya sido escogido por cierta relación entre su canto o su comportamiento y el dulce sonido polifónico del instrumento o del acto en el cual se utilizaría. Así, si fuera un renacuajo como parece ser, podría relacionarse simbólicamente con algún rito para llamar la lluvia cuya llegada se acompaña del ensordecedor canto de los batracios. En diferentes partes de México, como el Occidente, Veracruz y Teotihuacán, se ha reportado la presencia de flautas dobles, pero también triples y cuádruples, atestiguando la complejidad alcanzada por la antigua música mesoamericana.
Marie-Areti Hers